martes, 27 de diciembre de 2011

La navidad de Luis

Con toda la rabia encima (¿y algo de resaca?), Luis Majul habla de Papel Prensa, de la invervención de Cablevisión y termina comparando la "posición dominante" del gobierno con la dictadura militar.

Según Luis Majul, “en estas fiestas, el concepto de moda se llama ‘posición dominante’”. Así, comenzaba su columna de ayer en El Cronista, donde se refiere a la ley que declara de interés público el papel para diarios y a la intervención de Cablevisión-Multicanal por parte de la Justicia federal.

Dedica todo el primer párrafo de su nota a explicar, a su manera, la lógica de la “posición dominante” del Grupo Clarín con relación al primero de los rubros y dice que "lo usaron a Julio Ramos, Héctor Ricardo García, Jorge Fontevecchia y Jorge Lanata, entre otros, para explicar cómo Clarín se valió de Papel Prensa con la intención de obtener papel de diario más barato y así asfixiar a la competencia”.

No obstante, como la columna se titula La ‘posición dominante’ de CFK y la firma Majul, ya sabemos cómo seguirá. De hecho, cita a Verbitsky al señalar, con referencia al precio y disponibilidad del papel para diarios, que “explicó que se trata de un fenómeno volátil, igual que el precio de la soja, y que por lo tanto hay que apoyar con entusiasmo la ley que pidió la Presidenta. Verbitsky descuenta que el Estado debe asumir con fuerza su papel regulador”.

Peeeeeero, diría el Profesor Romero, Luis nos advierte que Verbitsky “parece no tener en cuenta los antecedentes de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, quienes utilizaron y siguen utilizando su posición dominante y monopólica en la distribución de la publicidad oficial para ahogar a los medios y periodistas críticos y favorecer a los sumisos y alineados, como el matutino donde él es columnista”; razón por cual “ni los periodistas ni los diarios dudan de que se trata de una jugada de Cristina Fernández para acallar las voces críticas”.

Luego, claro, avanza sobre el tema Cablevisión y compara el “abuso de posición dominante” del Grupo Clarín en ese rubro y asegura que “es que la verdadera posición dominante, abusiva, autoritaria y avasallante es la del gobierno nacional, cuyos funcionarios no dudan en usar cualquier herramienta legal o ilegal para acumular más poder y si es posible perpetuarse hasta más allá diciembre de 2014, que es cuando la Presidenta culmina su mandato”. (Es 2015, Luis; no 2014. Sos pelotudo hasta para ser pelotudo).

“Los voceros oficiales no se cansan de repetir que todas sus iniciativas tienen la intención de proteger a los más débiles y garantizar igualdad de oportunidades para todos. Pero cada vez está más claro que, en la Argentina, se están empezando a perder los espacios de libertad para informar y opinar. Y que lo que pretende este gobierno es contar con una opinión pública domesticada”, afirma el columnista.

El temor y “el clima persecutorio”, afirma Majul, “está presente en cada uno de los entre 5 mil argentinos a los que se podría catalogar como ‘formadores de opinión’. Son empresarios, sindicalistas, profesionales con acceso a información más allá de los medios masivos, fiscales, jueces y altos funcionarios de toda la administración pública”.

Y luego desbarranca, tal vez producto de los efluvios o la resaca que afloran tras los festejos navideños, porque compara a “la mayoría silenciosa que convalidó, por acción u omisión, muchas de las acciones de la última dictadura”. Luego nos ruega “que nadie se confunda: no estoy comparando a este gobierno, que acaba de ganar de manera legítima, con el 54 por ciento de los votos, con el denominado Proceso de Reorganización Nacional. Estoy hablando del comportamiento acomodaticio de quienes saben y callan”.

Nadie se confunde Luis. Los argentinos sabemos distinguir perfectamente entre un periodista y un pelotudo.

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