EL PRESIDENTE BRASILEÑO FIRMÓ UN DECRETO QUE DISPONE EL ENVÍO DE TROPAS FEDERALES A LA CAPITAL DURANTE UNA SEMANA, LUEGO DE QUE UNA MASIVA MANIFESTACIÓN EN SU CONTRA TERMINARA CON ENFRENTAMIENTOS CON LA POLICÍA Y DESTROZOS EN ALGUNOS MINISTERIOS. A BRASILIA LLEGARON 1300 EFECTIVOS DEL EJÉRCITO Y 200 DE LA MARINA.

El Ministerio de Defensa precisó que a la capital llegaron 1300 efectivos del Ejército y 200 hombres de la Marina. El golpista Temer autorizó la permanencia de los militares durante una semana para “garantizar la ley y el orden público”.
"En este momento ya hay tropas federales aquí, en el palacio de Itamaraty [sede de la Cancillería], y ya están llegando tropas para asegurar la protección de los edificios ministeriales", anunció el ministro de Defensa, Raul Jungmann, en una breve declaración de prensa tras los destrozos en algunos ministerios.

Los incidentes se produjeron al final de una multitudinaria marcha convocada por los sindicatos, que originalmente era contra el ajuste de Temer pero que sumó el masivo pedido para que renuncie el mandatario.
El “Fora Temer” y el reclamo de elecciones directas tomó impulso la semana pasada luego de que se conociera la existencia de audios en los que el presidente avala el pago de coimas al detenido diputado Eduardo Cunha, artífice del golpe parlamentario contra Dilma Rousseff.
Los agentes de la Policía se apostaron delante de la sede del Congreso, así como de la sede de Gobierno, para evitar el avance de la marcha.
Imágenes de televisión mostraron a los agentes disparando gases lacrimógenos y balas de goma, además de columnas de humo en varias barricadas y fuego en edificios gubernamentales. Después de controlar las llamas en varios edificios, las fuerzas de seguridad empezaron a dispersar a los manifestantes.
El Congreso, por su parte, suspendió temporalmente una sesión debido a disputas, incluso a empujones, entre parlamentarios opositores y aliados del Ejecutivo.
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