Editorial - Por Soledad Sganga
A 40 AÑOS DEL GOLPE CÍVICO ECLESIÁSTICO MILITAR, VOLVIMOS CON MÁS FUERZA A RECLAMAR MEMORIA JUSTICIA Y VERDAD.
A 40 AÑOS DEL GOLPE CÍVICO ECLESIÁSTICO MILITAR, VOLVIMOS CON MÁS FUERZA A RECLAMAR MEMORIA JUSTICIA Y VERDAD.
Y lo hicimos en medio de provocaciones, como la casual visita del presidente del país ideólogo del Plan Cóndor y de la Escuela de las Américas, donde nuestras Fuerzas Armadas fueron entrenadas para luego cometer los crímenes que cometieron con nuestros 30.000 compañeros.
Y ahora ya no nos pueden decir que fuimos por el chori y la coca, o por un plan. Aunque por un plan sí: el plan de mantener viva la memoria y bien en alto las banderas aquellos que lucharon por tener ideales, por buscar un mundo más justo y un país libre.

Y a la provocación de la llegada de Obama al país, hay que sumarle la de su visita al Parque de la Memoria, lugar que recuerda y conmemora a las víctimas de los vuelos de la muerte, con los nombres de muchos compañeros. Fueron ellos mismos los que también dijeron "presente", caminando con nosotros. Se llenó de mariposas. Allí estaban ellos indicándonos el camino, dándonos fuerza para seguir luchando y no bajar los brazos.
La plaza llena de frente a la Casa Rosada le demostró al régimen que no tenemos miedo, que hay un pueblo que exige y que demuestra que los derechos humanos no son un curro y que el número no hace amortigua el horror.
Fue una plaza que nos abrazó a todos, a las madres, abuelas, familiares, hijos, compañeros, familias, trabajadores; todos pidiendo justicia, pidiendo la libertad de Milagro Sala y repudiando los despidos masivos que se vienen produciendo día tras día desde el 10 de diciembre de 2015.

Porque hoy tenemos presos políticos, persecución ideológica, despidos injustificados, represión a la alegría. Van a intentar robarnos hasta la sonrisa y llenarnos de miedo.
El 24 de marzo, a 40 años del inicio de la noche más negra de la historia argentina, le demostramos más que nunca, que a pesar de las bombas, de los fusilamientos, de los compañeros muertos, de la represión “democrática”, de los despidos y de cualquier amedrentamiento, no nos han vencido.
Porque pensaron que nos mataban pero nos estaban sembrando. ¡¡¡Y florecimos carajo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario