VECINOS Y EMPRESARIOS DE LOCALIDADES LINDERAS A ESOS PAÍSES ATRAVIESAN DIARIAMENTE LAS RESPECTIVAS FRONTERAS PARA CARGAR COMBUSTIBLES, LUEGO DEL "AUMENTAZO" DECRETADO POR EL RÉGIMEN MACRIFASCISTA.

Estas ventajas benefician a automovilistas y dueños de flotas de camiones o servicios de combi de zonas como Clorinda, Formosa, Posadas, Puerto Iguazú (limítrofes con Paraguay) y Santo Tomé, Alvear, Paso de los Libres y Bernardo de Irigoyen (limítrofes con Brasil).
Según las estimaciones, el litro de nafta súper en Paraguay se consigue a $ 13,19 y en Brasil a $ 15,50, contra $ 17,08 que se paga en la Ciudad de Buenos Aires y algunos distritos de la provincia, pero que trepa a $ 19,78 en Misiones, Formosa o Corrientes debido a que en el interior los combustibles cuestan más por cuestiones de logística y menor cantidad de estaciones.

La argumentación que pone hoy en ventaja a los automovilistas del nordeste tiene, sin embargo, un correlato negativo en los comercios argentinos que hasta hace un año se veían colapsados por la llegada de clientes brasileños seducidos por las ventajas cambiarias, proceso que se aceleró a partir de la devaluación del real. En contraposición, son cada vez más los misioneros que hacen compras a diario en Brasil y que suman, además, la conveniencia a la hora de cargar nafta.
El comercio de ciudades argentinas que hacen frontera con Brasil y Paraguay floreció a partir de 2003 con la caída de la convertibilidad que trajo aparejado un tipo de cambio competitivo. Pero la inflación argentina y los sucesivos aumentos en los combustibles (en lo que va del año acumulan un 30%) terminaron con las ventas.
"Muchos venían para cargar el tanque y de paso hacían sus compras, eso ya no pasa", señalan varios intendentes de ciudades fronterizas preocupados por la abrupta caída de las ventas que derivaron en cierres de comercios y despidos.
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