lunes, 15 de febrero de 2016

Grave denuncia de un periodista de la agencia Telam contra un agente de la policía Metropolinazi

''NO TENES PINTA DE PERIODISTA'', LE DIJO EL POLICÍA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES AL COMUNICADOR MAPUCHE. EL AGENTE JUSTIFICÓ SU ACCIONAR DISCRIMINATORIO AL SEÑALAR QUE CUMPLÍA CON "NUEVAS DIRECTIVAS". EL TESTIMONIO DE CARLOS CATRILEO.

Un periodista de Télam y comunicador mapuche fue objeto días pasados de las “nuevas directivas” recibidas por la policía Metropolinazi, al serle requerida su identificación para "averiguación de antecedentes" en una estación de subte de la ciudad de Buenos Aires mientras se dirigía a su trabajo.

Carlos Catrileo, quien es redactor de la sección Sociedad de la Agencia Télam e integrante de la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina (CCAIA), se encontraba el pasado miércoles al mediodía esperando el subte en la estación Carlos Gardel de la línea B cuando un efectivo de la Metropolinazi se acercó para pedirle identificación.

“Le dí mi DNI y comenzó a preguntarme: '¿de dónde venís?' De una pensión de acá a la vuelta, respondí. '¿A qué te dedicas?' Soy comunicador mapuche y trabajo en la agencia de noticias Télam, y ahora voy a trabajar, le respondí”, relató Catrileo.

Cuando el policía se acercó, Catrileo estaba sentado leyendo, y ante la incomodidad por lo que sucedía intentó pararse pero el efectivo le ordenó que se quedara sentado.

El policía aseguró estar “cumpliendo con su trabajo” y sostuvo que “averiguar los antecedentes de los ciudadanos” estaba “dentro de sus atribuciones”; cuando Catrileo le preguntó desde cuándo tenían esas atribuciones, el efectivo respondió “desde que tenemos nuevas directivas”.

Las nuevas directivas a las que se refirió el efectivo se relacionan con un fallo del Tribunal Superior de Justicia porteño emitido en enero pasado que habilita a la policía a pedir DNI en la vía pública, como una “facultad implícita para prevenir delitos”, dijo a Télam Luis Duacastella, defensor adjunto en lo Penal, Contravencional y de Faltas del Ministerio Público de la Defensa (MPD).

Esta facultad policial había sido limitada por un fallo de la Comisión Interamericana de derechos Humanos (CIDH) por el Caso Bulacio, quien en 1991 murió en un un hospital porteño debido a los golpes que recibió mientras estuvo en una comisaría de la Policía Federal adonde fue llevado, por "averiguación de antecedentes", desde el Estadio Obras, cuando iba a ver un recital de Los Redonditos de Ricota.

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