El evento fue organizado por un grupo de socios y simpatizantes de Boca, que pretenden denunciar “una campaña orquestada por sectores de la prensa y el poder político” contra el ídolo xeneize. Se llevó a cabo el miércoles a las 20 hs. en el Obelisco.
“En el vestuario de Boca no pasó nada. Es fácil inventar una cosa, inventar otra… Estoy al 100 por ciento y de acá al sábado, el entrenador podrá contar conmigo, pero es decisión de él si me pone o no”, sostuvo Román, en diálogo con C5N.
Riquelme estuvo ausente del encuentro del pasado sábado ante Racing, debido a un esguince en su tobillo derecho y, por lo visto en los entrenamientos, podría quedarse afuera del encuentro del próximo sábado ante All Boys.
Según ellos, “hay una campaña orquestada por sectores de la prensa y amigos de cierto poder político, enquistados en el gobierno” que buscan perjudicarlo con sus críticas y por eso se convocó al banderazo en el Obelisco.
Nos tapó el agua. Si de algo le faltaba tener la culpa al gobierno de Cristina Kirchner, era de que Falcioni lo mandara al banco de suplentes a Riquelme, por ser más lento y tener menos reacción que una babosa embarazada.
Alrededor de las 21 hs. caía sobre ese sector de la ciudad de Buenos Aires una pertinaz llovizna, que hizo que muchos hinchas de Boca temieran por la salud de sus compañeros que se encontraban a la intemperie en pleno banderazo. Por eso, uno de los organizadores del evento hizo llegar a través de los medios de prensa presentes en el lugar, un mensaje llevando tranquilidad y haciendo saber que todos los participantes del evento se encontraban bien.
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