Las exportaciones a Rusia podrán incrementarse en 1.800 millones de dólares el próximo año, casi el triple de las ventas actuales, en base al crecimiento proyectado de los envíos de alimentos a ese país, según estimaron autoridades argentinas que participaron la semana pasada de la misión multisectorial a Moscú.
La misión, coordinada por la Cancillería, integrada por funcionarios de varios ministerios y un centenar de empresarios de la cadena alimentaria, de las industrias petrolera, farmacéutica, agrícola y del turismo, apuntó a acrecentar la presencia en un mercado que importa 344.000 millones de dólares anuales y dispone de casi 250.000 millones de dólares en fondos públicos para modernizar su agricultura, su industria farmacéutica y su infraestructura.
De acuerdo con los pedidos de los empresarios rusos, las exportaciones argentinas pueden aumentar el año próximo unos 1.800 millones de dólares, estimó el secretario de Coordinación Político Institucional y Emergencia Agropecuaria, Javier Rodríguez, quien integró la misión en representación del Ministerio de Agricultura.
De concretarse estas operaciones, se triplicarán en dos años las exportaciones a Rusia, ya que Argentina exportó el año pasado 716 millones de dólares, según informes de Caciar en base a datos de la Aduana.
Este aumento estimado de las ventas encaminará a la balanza a una posición más favorable a la Argentina, que en 2013 fue deficitaria en mil millones de dólares.
El funcionario señaló que hubieron pedidos concretos de pollos y de frutas frescas, pero sobre todo de alimentos con alto valor agregado, como vinos y láteos, en especial, quesos.
"Son producciones sumamente atractivas para Argentina, en particular, el vino, que tiene un alto potencial por los volúmenes que se pueden vender y por el alto poder adquisitivo de los consumidores rusos", precisó el secretario.
Rodríguez indicó que el mercado ruso "es visto con interés por las provincias" y puso como ejemplo que de la misión participaron autoridades de San Juan y Mendoza, aunque destacó también la importante demanda de peras y manzanas con "posibilidades reales" de exportarse, por lo que dijo esperar que haya volumen suficiente durante la próxima cosecha.
En cuanto a la habilitación de las plantas, Rodrígez confirmó que Sergey Dankvert, director del Servicio Federal de Supervisión Veterinaria y Fitosanitaria de Rusia, se comprometió a acelerar los procesos para que en unos 60 días haya novedades sobre la lista de más de 100 establecimientos productores de carne aviar y porcina y pescados, interesados en exportar a Rusia, presentada por Argentina.
Reseñó, además, que exite la reciente apertura para la carne bovina argentina de alta calidad y que seis frigoríficos ya fueron habilitados para vender a Rusia.
Al margen de las posibilidades para las exportaciones, Rodríguez señaló que los rusos están interesados en la creación de empresas mixtas en casos específicos como los del vino y que hay avances en acuerdos de cooperación científico técnica en las áreas de biotecnología, agroenergía y piscicultura.
A partir del cierre de importaciones impuesto por Moscú, los pedidos se centran en leche y lácteos; embutidos; carnes bovina, porcina y aviar; pescado; insumos para confitería; frutos secos; dulces, frutas tradicionales y únicas; productos alimenticios populares de Argentina, que los rusos consideran gourmet, y aceite de soja.
La balanza bilateral sumó el año pasado 2.440 millones de dólares, con un déficit para Argentina producto de importaciones por 1.724 millones y exportaciones por 716 millones. El intercambio fue creciente y superavitario hasta 2011, con una caída tanto de exportaciones como de importaciones en 2009. En 2010, la balanza comenzó a recuperarse y al año siguiente se revirtió el resultado para iniciar la tendencia deficitaria, causada, principalmente, por la importación de gasoil ruso.
El rubro en el que la misión concentró sus máximos esfuerzos fue el alimentario, ya que Rusia cerró por un año las importaciones de alimentos de Estados Unidos, la Unión Europea, Noruega, Australia y Canadá por la crisis con Ucrania, que lo proveían de productos por entre 12 mil y 18 mil millones de dólares, según estimaciones de autoridades argentinas y de la Cámara de Comercio Argentino Rusa (Caciar), respectivamente.
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