EL TRIBUNAL ORAL EN LO CRIMINAL FEDERAL NÚMERO 1 DE SAN MARTÍN LOS CONDENÓ AYER POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD, INCLUIDOS SEXUALES, COMETIDOS DURANTE 1976 EN LA COMISARÍA DE VILLA BALLESTER, DONDE FUNCIONÓ UNO DE LOS CENTROS CLANDESTINOS DE DETENCIÓN DEL ÁMBITO DE CAMPO DE MAYO.
En tanto, para el tercer procesado en esta causa, el ex jefe de la seccional, Carlos Caimi, el TOCF1 de San Martín dispuso una pena de 12 años de prisión, también por delitos de lesa humanidad, aunque lo eximió de la responsable de haber cometido los incluidos sexuales por los que estaba acusado.
Con este veredicto, dado a conocer ayer a la tarde, finalizó en San Martín el juicio oral y público que había comenzado en agosto pasado, en el que se investigaban violaciones a los derechos humanos cometidas en perjuicio de 14 víctimas, de las cuales tres aún permanecen desaparecidas.
Así lo dispuso el Tribunal integrado por los jueces Marta Milloc, Maria Lucía Cassain y Diego Barroetaveña, los dos últimos en calidad de subrogantes, en el marco de una audiencia que se desarrolló en una sede judicial ubicada en la calle Pueyrredón al 3700 del partido bonaerense de San Martín, al norte del conurbano.
De esta forma, finalizó el decimotercer juicio inscripto en la denominada Megacausa Campo de Mayo, que juzga los crímenes de lesa humanidad cometidos en ese ámbito y que tuvo como uno de sus principales protagonistas al represor Santiago Omar Riveros.
Por los centros clandestinos de detención dependientes de Campo de Mayo -que fueron cerca de ocho, de los cuales los más conocidos son “El Campito” y “La Casita”- se estima que durante el régimen militar pasaron más de cinco mil personas, de las cuales pocas sobrevivieron.
En tanto, aún se encuentran en espera otros 13 juicios en el marco de esta megacausa, que ya fueron elevados a la instancia de juicio oral y público, pero que, en ningún caso, tiene todavía fecha de inicio.
Tanto Riveros como Feroglio y Caimi llegaron a la instancia de este proceso cumpliendo arresto domiciliario. Sin embargo, a diferencia de Riveros y Feroglio -con condenas o procesamientos en otras causas por delitos de lesa humanidad- para Caimi, ex comisario de la seccional Villa Ballester, la de ayer es la primera condena en su contra por su actuación durante la última dictadura.
En el primer tramo de la audiencia de este viernes, el ex comisario fue el único de los tres imputados que hizo uso del derecho a pronunciar sus últimas palabras en el marco del proceso.
“Fui ajeno a todo”, aseguró ante el TOCF 1 de San Martín el ex comisario, actualmente de 80 años, luego de afirmar que, en aquella etapa, “parte de la comisaría” había sido “ocupada por personal de Campo de Mayo”.
“Hoy, cada fuerza tiene su rol pero, en ese momento, ellos estaban arriba y, por abajo, como el último orejón del tarro, estábamos nosotros”, argumentó el ex comisario, quien estuvo a cargo de la seccional Villa Ballester desde 1975 hasta 1977.
Sentado frente a los integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 1 de San Martín, Caimi hizo primero un repaso de los cargos y funciones desempeñadas en sus “33 años como policía”, que incluyeron -dijo- haber formado parte de “la custodia personal de (el ex presidente Juan Domingo) Perón”, y se autodefinió como “un buen funcionario”.
Sus dichos fueron escuchados también por el multiprocesado represor Santiago Omar Riveros, ex jefe del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo, y por el ex director de la Escuela de Caballería y ex jefe del área militar 430 Rodolfo Emilio Feroglio, ambos presentes en la audiencia.
Del otro lado del vallado que separaba a las partes del juicio del público general, se encontraban -entre otros presentes- familiares de los tres desaparecidos cuyos casos son investigados en este proceso, algunas de las víctimas también con sus familiares, y representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.