Lo votaron en un Congreso de la central obrera en el que participaron los gremios que le siguen siendo leales. Según el moyanismo, asistieron más del 54% de los congresales, por lo que tenían quórum pese a que la cita fue impugnada por el Gobierno. "Gordos" e "independientes" realizarán su propia elección en octubre.
Hugo Moyano renovó su mandato al frente de la CGT en un congreso en el microestadio de Ferro, del que sólo participan sus aliados. En realidad, el líder Camionero fue reelecto al frente de esa central obrera, ya que la CGT está partida de hecho y los gremios antimoyanistas elegirán a su propio jefe de la CGT -por ahora, asoma el metalúrgico Antonio Caló- en las elecciones que realizarán por separado en octubre.
Moyano será acompañado por el nuevo secretario adjunto Guillermo Pereyra, jefe del Sindicato del Petróleo de Río Negro, Neuquén y La Pampa.
Por su parte, Omar Planini será el nuevo secretario de Prensa; Sergio Palazzo el de Relaciones Institucionales; Gerónimo Venegas el de Interior; Amadeo Genta el de Finanzas, Miguel Paniagua el Gremial y Juan Carlos Schmid el de Internacionales.
Con banderas verdes -y previsiblemente-, los congresales del gremio de Camioneros estuvieron entre los primeros que comenzaron a llegar. Otro de los que llegó temprano al club del barrio porteño de Caballito fue el diputado Héctor Recalde, abogado de la CGT. Antes de entrar al microestadio, Recalde pidió "pelear por la unidad" de la central obrera.
Moyano arribó unos minutos después de las 11. Según el moyanismo, sobre 1.651 congresales convocados, hay 901 presentes, por lo que, con el 54,6%, el Congreso tenía quórum para sesionar. El cónclave -impugnado por el Ministerio de Trabajo a raiz de una presentación del antimoyanismo- empezó temprano, con la acreditación de los representantes de los distintos gremios. Tal como estaba previsto, arrancó con el rechazo a la resolución de Trabajo que anuló la convocatoria a la elección y luego se aprobó la Memoria y balance 2011.
Pasado el mediodía se designó al consejo directivo de la CGT y luego vino el discurso de Moyano, en el que volvió a arremeter contra el gobierno nacional.
Definió a la inflación y a la inseguridad como "las principales preocupaciones de los trabajadores" y advirtió al gobierno nacional que "mucho del 54 por ciento de los votos obtenidos en 2011 le pertenece a los trabajadores".
Además amenazó con que si no se reestablece el diálogo, "la respuesta de los trabajadores será en las urnas" y agregó que "vamos a profundizar nuestros reclamos gremiales y vamos a conversar con todos los sectores de la sociedad porque a este país lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie".
"Hoy va a quedar en las páginas de la historia del movimiento obrero organizado como un día sumamente especial", sostuvo el reelecto líder de la Central Obrera durante su discurso.
"Se ha hablado tanto de este día, se han intentado tantas cosas para impedirlo, se ha presionado tanto a las organizaciones gremiales, que algunos que no aguantan el saco cuando hace calor, no pudieron venir", remarcó Moyano en clara referencia a los sindicatos que dejaron de apoyar la decisión de su reelección, aumentando así la fragmentación de la CGT.
Respecto de las bajas, Moyano sostuvo que fue producto de la presión ejercida por el Gobierno nacional. “Cada uno de los ministros trató de impedir que las organizaciones gremiales participasen de este histórico congreso que posibilitó la renovación de las autoridades de nuestra CGT”, opinó.
“Presionaron e hicieron lo imposible para que no vengan y no tengamos quórum”, subrayó Moyano, y agregó que pese a ello, las orgaizaciones gremiales “pusieron lo que tenían que tener y vinieron a elegir la conducción que ellos creían que convenía”.
Cabe recordar que al cónclave asistieron sólo los gremios alineados con el actual jefe de la CGT. Sus detractores -"gordos" e "independientes"- celebraron el miércoles por la noche que, a último momento, la poderosa Unión Ferroviaria confirmó que no asistiría al Congreso de ayer porque, a raíz de la impugnación realizada por Trabajo,
"carece de validez".
Por su parte, el titular de la UOM, Antonio Caló, dijo que hizo gestiones para evitar la fractura de la central obrera, que ayer quedó formalmente divida a instancias de Moyano. "El no está avalado por el Ministerio de Trabajo", recordó.
Caló, confirmó que se hicieron todas las gestiones posibles para intentar evitar el quiebre de la CGT y dijo que estuvieron “hasta último intentando unificar los dos congresos para octubre".
"Moyano decidió hacer el congreso que él entiende que es legitimo. Nosotros estamos preocupados porque la ruptura del movimiento obrero no beneficia a los trabajadores", dijo el líder de la oposición de la central obrera.
De todos modos, el tiular de la UOM recordó que las elecciones que se llevaron a cabo ayer habían sido impugnadas por la cartera laboral y aclaró que él tendrá la “representación de los trabajadores” avalado por el gobierno nacional.
"Él (por Moyano) podrá hacer todo el congreso que él entienda que tiene que hacer, no le voy a sacar ese derecho. Pero no está avalado por el Ministerio de Trabajo", cerró.
La reelección de Moyano, en estas circunstancias, nos hizo acordar mucho a cuando Daniel Vila se autoproclamó patéticamente como nuevo presidente de la A.F.A.