La Organización Mundial de la Salud (OMS) avaló la estrategia de vacunación contra la hepatitis A aplicada por Argentina desde 2005, que redujo sensiblemente la circulación del virus y permitió que en el país no se hayan realizado trasplantes hepáticos por esa causa.
El ministro de Salud, Juan Manzur, presentó ante las autoridades sanitarias mundiales la evidencia científica sobre la efectividad de la monodosis de vacuna contra el virus de la hepatitis A, que es aplicada a los 12 meses de vida y que logró que no haya más trasplantes hepáticos por esa enfermedad, desde hace cinco años.
El Ministerio de Salud informó que el Grupo Técnico Asesor en Vacunas de la OMS (SAGE) respaldó la acción argentina y esa acción permitirá que otros países puedan adoptar la misma estrategia, que se demostró efectiva y de menor costo.
Manzur realizó su presentación ante la SAGE en el marco de la reunión anual de ese órgano de la OMS, que se lleva a cabo en Ginebra (Suiza) y en la que se analiza la situación epidemiológica de las enfermedades inmunoprevenibles de las distintas regiones del mundo y se definen los cursos de acción para su control.
Manzur sostuvo que "es altamente gratificante que quienes más saben de vacunas en el mundo, reunidos en el Grupo Técnico Asesor de la OMS, reconozcan la tarea realizada por Argentina, que en un momento crítico implementó una estrategia innovadora, con la que bajó exponencialmente la circulación del virus y evitó tener que recurrir a trasplantes por falla hepática fulminante en chicos”.
El ministro destacó que "ese reconocimiento abre paso a que otros países adopten la experiencia de Argentina para hacer frente a una enfermedad evitable y que, además de la pérdida de vidas, genera altísimos costos a los sistemas de salud”.
Recordó que "en medio de un brote de hepatitis A, que afectó a más de 60.000 personas en 2004, y cuando aún estábamos saliendo de una fenomenal crisis económica y social, Argentina implementó la estrategia de una dosis única aplicada al año de edad, con la que se alcanzaron excelentes resultados".
De esa manera, Manzur añadió que "se posibilitó que pasáramos a sólo 500 casos anuales de hepatitis A y que desde 2007 no haya más muertes ni trasplantes hepáticos por esta causa".
Para la prevención de la hepatitis A, la OMS recomienda el esquema de dos dosis de vacuna, aplicadas a los 0 y 6 meses de edad.
Sólo 11 países en todo el mundo -entre ellos, Argentina- tienen la inmunización incorporada a sus calendarios oficiales de vacunación, lo que representa apenas el 6 por ciento de las naciones.
Sin embargo, la situación de brote epidémico de la enfermedad que tuvo lugar en Argentina durante 2004 obligó a las autoridades sanitarias a desarrollar un esquema alternativo que, teniendo en cuenta la realidad económica del país, cumpla con una estrategia para disminuir la circulación viral.
Al adoptar la acción de la monodosis, Argentina también se comprometió a presentar evidencia científica sobre su efectividad obtenida a través de estudios específicos.
Carla Vizzotti, jefa del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud, sostuvo que "hay que tener en cuenta la situación económico-financiera del país, que estaba saliendo de una crisis".
"En ese momento, la dosis de vacuna contra la hepatitis A tenía un costo de 17 dólares y la compra de dos dosis -por chico- implicaba el presupuesto de todo el programa, algo que no era posible para nosotros", reconoció Vizzotti quien junto a Manzur efectuó la presentación ante el SAGE.
La funcionaria insistió en que "Argentina decidió aplicar la monodosis bajo la hipótesis técnica de la alta eficacia de la vacuna luego de una dosis para el control del brote, y fue una decisión innovadora, ya que no había experiencia en ese aspecto".
De acuerdo con la evidencia científica dada a conocer por la delegación argentina en Suiza, de los más de 60.000 casos de hepatitis A registrados en el país en 2004, a partir de que en 2005 fue incorporada la vacuna al calendario oficial de inmunizaciones se pasó a menos de 500 casos durante el año pasado y desde 2007 no se realizan trasplantes hepáticos por esta causa.
Además, se elaboraron dos protocolos de investigación y se hizo un estudio que enroló a casi 1.200 niños cuatro años después de haberse vacunado a los 12 meses con la monodosis y cuyo resultado fue que el 93 por ciento, tenía anticuerpos contra la enfermedad.
Una situación totalmente distinta a la planteada inicialmente con 500 niños de 12 meses, que no habían recibido la vacuna y cuyos análisis de sangre evidenciaban en el 70 por ciento de los casos analizados, que no poseían anticuerpos contra la hepatitis A.
Vizzotti insistió en que "con estos resultados, asumimos que la decisión de vacunar a los 12 meses fue correcta, porque el 70 por ciento de los niños era susceptible de enfermar y a partir de la aplicación de la monodosis en Argentina la circulación viral es muy baja, lo que beneficia no sólo a los que se vacunan, sino a personas de todas las edades".
Viento de cola también en la salud. Eso sí... Seguimos aislados del mundo y, según La Nata, "en el exterior se nos cagan de risa".