La presidenta Cristina Fernández de Kirchner calificó de "muy positivo" al saldo final de las conversaciones llevadas adelante por los países miembros del Grupo de los 20 (G20) en San Petersburgo, y recalcó los "cambios sustanciales" que contiene el documento final respecto a los encuentros anteriores.
Al hablar de estos cambios, Cristina puso énfasis en el rechazo explícito de la flexibilización laboral como una herramienta para superar las crisis.
La Presidenta también ponderó la inclusión de la necesidad de tener en cuenta la sustentabilidad de los países en problemas al momento de definir sus esquemas de pago deuda, y la inclusión de un pronunciamiento sobre los paraísos fiscales, denominados desde ahora "guaridas fiscales".
Cristina brindó una rueda de prensa que se extendió por espacio de una hora en la residencia que habitó durante su permanencia de casi tres días en San Petersburgo, donde participó de la Cumbre del G-20.
La Presidenta se mostró "muy conforme" con los resultados del encuentro, más allá de que la cuestión de los fondos buitre, y planteó la necesidad de comenzar a discutir un esquema de regulación de deuda soberana a nivel internacional, de manera de dar garantías jurídicas a los procesos de reestructuración que se lleven adelante en el futuro.
Al respecto subrayó el pronunciamiento que realizaron más de un centenar de jóvenes que participaron de la cumbre, denominado la Rusia de Jóvenes Y20, en la que instaron a los líderes de las naciones que integran el foro a hacer frente a la acción de los fondos buitre.
"Si bien el tema de los fondos buitre no fue incluido ahora, estoy muy conforme en que en el futuro los jóvenes, que seguramente van a ocupar el lugar que tenemos nosotros, sí piensan en la necesidad de tomar en cuenta esta cuestión", dijo Cristina.
La Presidenta subrayó que la cumbre que finalizó ayer ha sido de las "más intensas" desde que participa de este tipo de encuentros, y remarcó que "el documento final tiene cambios sustanciales y modificaciones sustanciales respecto a lo que fueron los primeros documentos del G-20".
A modo de ejemplo recordó cuando en Londres, en 2009, ella y el presidente brasileño, Luiz Inácio "Lula" da Silva, amenazaron con hacer explícito su desacuerdo si el documento final incluía a la flexibilización laboral como una herramienta válida para enfrentar la crisis que azotaba a las naciones más desarrolladas.
"En esa oportunidad habían puesto a la flexibilidad laboral como una condición y hoy pusieron un 'no' a la flexibilización laboral como condenatorio de cualquier política que permita aumentar la actividad de la economía", contrastó Cristina.
En este sentido ponderó la decisión de los países miembro del G-20 de incluir en la mesa de discusión a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo multilateral que en el pasado sólo participaba de manera formal en este tipo de encuentros.
Cristina, al igual que jueves, volvió a resaltar el pronunciamiento de Francia ante la Suprema Corte de Justicia de EEUU en el juicio contra los fondos buitre a través de una presentación en carácter de "amicus curiae", y dijo que esto no se debió a la simpatía del país galo por Argentina, sino "por la importancia que tiene a nivel mundial" que no se frenen los procesos de reestructuración de deuda que llevan adelante los países en crisis.
Detalló que los puntos que Argentina buscó introducir dentro del temario de discusión fueron dos: la necesidad de regular el movimiento de capitales bancarios y flujos financieros, por un lado; y la implementación de un sistema global en materia de reestructuración de deuda soberana.
Al ser consultada sobre el diagnóstico que realizaron las naciones del G-20 sobre la situación económica-financiera internacional, Cristina dijo que en general, "los países europeos afirmaron que ya está fuera de discusión el tema del peligro de supervivencia del euro, lo que constituye un paso importante".
Otro de los temas que sobrevolaron con fuerza durante las deliberaciones fue la "presión" desatada sobre los países emergentes a partir de la posibilidad cierta de que la Reserva Federal de EEUU deje de lado su política de estímulo monetario y comience a ajustar hacia arriba el costo del dinero.
Esta situación fue advertida durante la víspera por los países que integran el BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- quienes dijeron que la implementación de cambios en la política monetaria de parte de la Fed debe ser aplicada de manera "cuidadosamente calibrada" y comunicada de manera "clara".
Las naciones emergentes, en especial Brasil, comenzaron a sufrir durante los últimos meses una fuerte salida de capitales, que depreciaron a su moneda en alrededor de un 30 por ciento en lo que va del año, luego de que la Reserva Federal comenzara a dar indicios del ciclo de estímulo monetario a tasa de interés de casi 0 por ciento que viene aplicando. La Presidenta señaló que la titular del FMI, Christine Lagarde, calificó a esta situación de "preocupante".