El miembro de la Suprema Corte y autor de un proyecto que busca reemplazar a la actual normativa, habló sobre el actual sistema y sobre la situación de las fuerzas policiales.
El ministro de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni se explayó respecto a cuestiones del derecho penal, y puso especial énfasis en el proyecto del nuevo Código que le presentará a la Presidenta Cristina Fernández en febrero: "Es un texto que tiene en principio un efecto ordenador porque lo que tenemos ahora es un caos".
Zaffaroni destacó que el nuevo texto "moderniza" el Código "con las alternativas de las penas no privativas de la libertad y se trata de hacer una aplicación más racional de penas porque lo que tenemos ahora es una desproporción tremenda".
El magistrado también evaluó que el autoacuartelamiento policial ocurrido en diciembre último en algunas provincias, que desembocó en hechos de vandalismo y saqueos, es algo "que tenía que pasar" y alertó que "pueden suceder cosas más graves si no se repiensa la estructura policial".
Zaffaroni también confirmó que todas las penas mayores deberán cumplirse de manera efectiva en sus dos terceras partes y el resto tendrá diferentes alternativas, que sería "una ampliación de lo que es hoy la libertad condicional pero con penas".
"Hoy el que sale en libertad condicional, sale. Lo del patronato es una ilusión que no existe. En consecuencia a la persona se la suelta y no sabemos qué pasa", opinó el juez, quien también remarcó que el nuevo Código "no" es revolucionario ya que "se inscribe dentro de lo que es más o menos la legislación comparada contemporánea".
En tanto, cargó contra los promotores de la "tolerancia cero" al afirmar "que éste es un lema que ya está olvidado" y remarcó que "una pena de 50 años es una locura".
Por último, Zaffaroni reiteró que antes de fin de año se retira del máximo tribunal al indicar que cumple "75 años y ese es el límite que dice la Constitución" y consideró que "los cargos en una República tienen que ser por un período de tiempo y luego deben terminar".
En este sentido, se expresó contra "la vitalicidad" de los cargos ya que esto "es una característica monárquica y no republicana" y sentenció que "once años" en su puesto "fueron suficientes y es tiempo de dar las hurras y dedicarse a otra cosa".
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