El intendente de San Isidro, Gustavo Posse, hizo referencia en Twitter a la agresión que sufrieron militantes de La Cámpora en Villa Adelina pero tergiversó todo lo sucedido: aseguró que las víctimas fueron los uniformados.
"Me dijeron que en el Reino del Revés nadie baila con los pies, que un ladrón es vigilante y otro es juez y que dos y dos son tres.
Vamos a ver cómo es el Reino del Revés".
La canción de María Elena Walsh puede ilustrar perfectamente lo que Gustavo Posse, intendente massiclarinista está pretendiendo sostener de la agresión sufrida por militantes de La Cámpora en San Isidro.
El hecho ocurrió el sábado, cuando efectivos policiales de la seccional 8ª de la localidad bonaerense de Villa Adelina agredieron y detuvieron a militantes que se encontraban en el lugar realizando una actividad cultural para niños.
"Este tipo de violencia sólo busca amedrentar el compromiso militante de nuestra juventud, las ganas de participar y de transformar la realidad que caracteriza estos hermosos tiempos que estamos viviendo", sostiene un comunicado que suscribieron las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo - Línea Fundadora junto con Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.
Pero Gustavo Posse gobierna, al parecer, un distrito paralelo ya que según él los agredidos fueron los policías. "Mi solidaridad con los agentes de San Isidro golpeados por una patota política del gobierno nacional" dijo en Twitter y completó: "No nos podemos acostumbrar a que haya policías agredidos cuando cumplen con la custodia de los vecinos y del espacio público".
Ante este total desconocimiento de la agresión, los militantes agredidos salieron a contestarle con todo. "El intendente Posse habló después de dos días y nos trató de patota", dijo a la prensa, Federico Ferreyra, uno de los militantes de La Cámpora reprimido el sábado, como respuesta a los insólitos tweet de Posse.
Sobre el hecho relató "en principio se presentaron con dos o tres patrulleros e inspectores municipales para decirnos que no teníamos autorización para realizar esa actividad, que era proyectar videos infantiles para chicos de La Cava y otros barrios".
Aseguró que "igualmente intentamos dialogar y lo que nos respondieron fue que una cosa era que pidamos la autorización y otra que nos las dieran, demostrando que no tenían ningún interés en que desarrollemos esa actividad".
La actividad grupal se desarrolló porque "el gobierno local se olvida de que existe La Cava, Santa Rita, barrios olvidados".
"Había alrededor de 200 chicos de 2 años para arriba, algunos con discapacidad y no más de 15 militantes, de los cuales 10 eran mujeres", señaló el joven.
Confirmó que en un momento "decidieron avanzar repentinamente sobre el proyector y sobre las banderas a levantar todo y empezaron a golpearnos muy fuerte". Por último, recordó que él "estaba tratando de filmar algo y me tiraron entre 8 y me dieron muchas patadas en el piso".
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