La cotización del dólar ilegal perdió 20,69% en apenas un mes y medio, desde el récord de $15,95 del 24 de setiembre último, a los $ 12,65 con que cerró en la víspera, como resultado del fortalecimiento y la coordinación de las políticas públicas para generar mayores ingresos de divisas y fiscalizar las operaciones financieras, castigando las acciones irregulares.
Quienes hayan invertido sus ahorros en la moneda norteamericana que se comercializa de manera ilegal en las denominadas "cuevas", por fuera del Mercado Unico y Libre de Cambio, perdieron como ninguna otra inversión en todo el sistema financiero y bursátil.
El dólar ilegal tocó su pico máximo el 24 de septiembre, seis días antes que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner denunciara públicamente que en el Banco Central se apilaban expedientes que contenían investigaciones sobre irregularidades y maniobras fraudulentas en bancos y financieras sin resolver desde 1982.
También dijo que se habían realizado operativos en "cuevas", donde había personal de fuerzas de seguridad prestando servicios y también ejecutivos que decían que desde el Central ya les habían avisado sobre la pesquisa.
Los dichos de la Presidenta desencadenaron el 1 de octubre, en la salida de Juan Carlos Fábrega del BCRA, donde asumió Alejandro Vanoli, procedente de la Comisión Nacional de Valores, quien venían realizando un marcado seguimiento de las operaciones de algunas financieras, como la del Banco Mariva, que fue suspendida por maniobras fraudulentas.
En este marco, Vanoli, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, se juntaron con los principales agroexportadores de granos y oleaginosas del país para pedirles que aceleren la liquidación de las ventas, que se habían frenado en los últimos meses, como consecuencia de que desde sectores opositores al Gobierno habían instalado la idea de que se iba a producir una nueva devaluación del peso.
Sin embargo, al tiempo que el dólar oficial se estabilizaba entre $ 8,40 y $ 8,50, la cotización de la soja en el mercado de Chicago se ubicaba en pisos cercanos a los U$S 350.
La cada vez más lejana posibilidad de una devaluación, sumada a la caída de los precios en Chicago y la decisión del Gobierno de lanzar instrumentos financieros atados a la cotización del dólar, estimularon a los productores y exportadores a acelerar la liquidación de divisas.
Producto de esto, desde el 24 de septiembre a esta parte, se liquidaron U$S 2.500 millones, y casi se igualó el registro del año pasado a esta altura, aun con precios 40% inferiores.
El compromiso adoptado por las cerealeras se hizo concreto, y de acá a fin de año se espera que ingresen unos U$S 4.500 millones más, lo que dejaría a la liquidación de divisas en récord histórico.
A la aceleración del ingreso del dólares por parte de los agroexportadores, se le sumó la efectivización del primer tramos del acuerdo de intercambios de monedas en los bancos centrales de Argentina y China, por U$S 830 millones que también engrosaron las reservas monetarias del BCRA.
Además, hay expectativas por el ingreso de otros U$S 1.500 millones, producto de la licitación del espectro para explotar la oferta de servicio de transmisión de datos y telefonía celular en 4G.
A todo esto, el Gobierno lanzó la primera licitación de bonos atados al dólar, el Bonad 2016, cuya demanda logró reunir unos U$S 1.000 millones, cifra similar a la que se espera para el Bonad 2018 que se presentará este jueves.
Por su parte, el BCRA, conjuntamente con la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) adquirieron mayor coordinación en sus tareas de control, con "una actitud más racional y menos pro mercado, que se tradujo en acciones contra cuevas y financieras que operaban con importantes sumas para inflar el dólar ilegal", según confiaron fuentes del Ministerio de Economía.
De esta manera, el "futuro oscuro" sobre el mercado cambiario y el ingreso de divisas para la economía que avizoraron algunos economistas se diluyó como consecuencia de las políticas implementadas por el Gobierno.
De hecho, José Luis Espert había pronosticado en mayo que el dólar oficial estaría "$ 9,50 para fin de año, lo cual supone una devaluación muy similar a la inflación, por lo que en el segundo semestre del año el Gobierno va a abandonar el tipo de cambio a $ 8 para acompañar el aumento de los precios”.
Por su parte, Enrique Blasco Garma estimó en junio "un tipo de cambio de $ 14 por dólar al tiempo de las elecciones, sin otros tropiezos o desequilibrios”.
En tanto, Orlando Ferreres aseguró en agosto que "el tipo de cambio oficial para este año terminaría en torno de $ 10 y el paralelo podría pasar de $ 13 a $ 15,50 pesos".
Además, presagió que "se va a intensificar la pérdida de reservas, algo que presionará todavía más la cotización del dólar”.
Del mismo modo, Miguel Kiguel dijo en ese mismo mes que “si este escenario se mantiene, habrá menos crédito, menor entrada de capitales y un dólar blue más alto".
También Federico Muñoz opinó hace tres meses que "no hay desenlace benigno posible. Si triunfa la posición racional de Fábrega, con astringencia monetaria, sufriremos una profundización de la recesión. Como contrapartida, si prevalece la posición de Kicillof, con expansión de dinero, presagiamos violentas turbulencias financieras antes de fin de año”.
Asimismo, Tomás Bulat afirmó ver "perfectamente factible que el blue en los próximos meses pueda ubicarse en un nivel de $17".
Según su análisis, "lo que se llama el déficit cuasi fiscal, a través de las Lebacs, pasó de $93.000 millones a $183.000 millones. Si se suma esto a los otros pasivos del Central, entonces el precio del dólar da $19, lo cual marca una tendencia clara de hacia dónde irá el blue".
En la misma línea, Diego Giacomini estimó "un dólar paralelo que, hacia fin de año, se ubicará en $16" y Fausto Spotorno dijo que su perspectiva "coincidente con la mayoría del mercado, es que el dólar oficial pueda estar en $10 sobre fin de año".
Por su parte, Sebastián Laza aseguró que “a setiembre de este año, el blue ya lleva una suba del 50%, versus plazos fijos en pesos que rinden sólo un 20% anual", y concluyó que "el que apuesta al dólar gana”.
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