TRAS SER DESTITUIDA POR EL SENADO DE BRASIL, DILMA ROUSSEFF ASEGURÓ QUE AYER SE CONSUMÓ "UN GOLPE DE ESTADO PARLAMENTARIO". VISIBLEMENTE AFLIGIDA, SEÑALÓ QUE LOS SENADORES "DECIDIERON POR LA INTERRUPCIÓN DEL MANDATO DE UNA PRESIDENTA QUE NO COMETIÓ CRIMEN".
La mandataria desplazada de su cargo señaló que "condenaron una inocente y consumaron un golpe de Estado".
"Volveremos, volveremos para continuar", agregó Rousseff tras su destitución. "No digo adiós, digo hasta pronto", afirmó Dilma llorando, en su primera declaración pública luego de ser destituida.
El Senado de Brasil puso fin ayer, de forma definitiva a la presidencia de Dilma Rousseff.
La Cámara votó con una clara mayoría de más de dos tercios por la destitución de la mandataria, suspendida del cargo desde mayo por cometer presuntos delitos fiscales, y acabó con más de 13 años de Gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).
Al final, 61 senadores votaron contra Rousseff. Sólo 20 legisladores, la mayoría de ellos del PT, rechazaron el controvertido "impeachment" iniciado hace casi nueve meses, en medio de la grave crisis económica brasileña. El vicepresidente de Rousseff, el conservador Michel Temer, asumió oficialmente la jefatura de Estado, que ya ejercía desde el 12 de mayo, hasta las elecciones previstas para finales de 2018.
Ninguno de los senadores se abstuvo de votar respecto al "impeachment", que cerró un larga disputa política y legal marcada también por numerosas intrigas personales durante meses. Los opositores de Rousseff consiguieron siete votos más de los que necesitaban para destituir a la presidenta.
La política de 68 años no fue por otro lado inhabilitada para ejercer cargos públicas durante los próximos ocho años, como pretendían parte de sus adversarios. La moción para inhabilitarla, presentada por separado, consiguió una mayoría de votos (42 frente a 36, con 3 abstenciones), pero no llegó a la mayoría necesaria de dos tercios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario