MARCOS PEÑA BRINDÓ AYER SU INFORME AL SENADO Y RATIFICÓ QUE EL RÉGIMEN MACRIFASCISTA QUIERE VENDER LAS ACCIONES EN EMPRESAS QUE TIENE LA ANSES, COMO PARTE DE UNA RESTRUCTURACIÓN DEL SISTEMA PREVISIONAL QUE EMPEZÓ CON EL PROYECTO PARA CANCELAR LAS DEUDAS A JUBILADOS.
“El año pasado nos acusaban de querer volver a privatizar el sistema jubilatorio. No lo vamos a hacer, pero también es cierto que un sistema de reparto no tiene fondo de capitalización”, diferenció Peña, durante su visita de ayer al Senado de la Nación, donde brindó su primer informe de gestión.
De esta manera, el jefe de Gabinete le puso certificado de muerte al Fondo de Garantías de Sustentabilidad, la caja que la ANSeS heredó por la estatización de las AFJP e invirtió en su mayoría en bonos y títulos públicos.
Un 10% lo tiene en acciones de empresas argentinas y, como adelantó LPO, el titular del FGS, Luis Blaquier, viajó a New York a sondear inversores interesados. El régimen envió a varios voceros a desmentirlo, Macri reflotó al tema y ayer Peña confirmó que estas operaciones se harán tarde o temprano.
También admitió que la moratoria de las jubilaciones no seguiría y la reemplazaría la asignación a la vejez, también parte del flamante proyecto de ley.
“Su incorporación al menos habilita la discusión sobre si resulta necesaria la moratoria”, dijo el jefe de Gabinete y recordó que “hubo 75 mil jubilados que fallecieron sin cobrar juicios, eso es una deuda pendiente”.
El futuro de las jubilaciones formaron parte de las preguntas de los senadores del Frente para Victoria, que tuvieron una actitud por demás desganada: sólo unos pocos siguieron la sesión y algunos ni siquiera se quedaron a escuchar las preguntas que hicieron.
“Estaría bueno que escuchen mi respuesta. Por una cuestión de respeto”, pidió Peña, sentado en una pequeña mesa frente a las bancas y no mirando a la presidencia, como indica el protocolo.
El formoseño José Mayans, la rionegrina Silvina García Larraburu y el fueguino Julio Catalán Magni reingresaron al recinto cuando Peña se quejaba por sus bancas vacías. El propio Miguel Pichetto ingresó recién al final de la sesión.
La ronda de consultas del FPV-PJ abordó los temas más candentes, como el tarifazo de gas y luz, la inflación, empleo y economías regionales. “Tenemos diagnóstico diferente, pero la gran mayoría de sus pronósticos no se cumplieron”, los chicaneó.
“Tenemos los problemas que tenemos. Y en 150 días no vamos a resolver lo que no se pudo en 4500”, se defendió Peña, que había iniciado la sesión con un discurso introductorio escueto, pero basado en la pesada herencia a resolver.
Enojado, el formoseño José Mayans defendió al kirchnerismo con números, para justificar aumentos de empleo, oferta energética y hasta PBI. “¡El día que hagas 1500 escuelas en Formosa, me paro y te felicito!”, le gritó, cuando Peña buscaba responderle, a menos de un metro de distancia.
El jefe de Gabinete reiteró el objetivo de que bajar la inflación. "Será de 2 puntos en el segundo semestre y llegará a 5 en 2019". Prometió el plan de infraestructura más ambicioso de la historia (“la obra pública se está reactivando”, celebró) y remarcó que la tarifa de luz sigue subsidiada en un 70%.
El capítulo de la Patagonia fue el más difícil, pero no se achicó. “Hablamos con los hoteleros del sur y se está resolviendo un subsidio al gas, pero tienen que reconocer que tenían la tarifa más baja del país”.
Adjudicó la crisis de Tierra del Fuego a problemas estructurales de hace tiempo (“El cepo cambiario complicó la industria”, ejemplificó) y no al aumento de hasta el 1000% de gas. “Tenemos que encontrar la forma de crear empleo en la patagaonia”, propuso.
Asimismo, mantuvo un esperado cruce, aunque suave y respetuoso, con Virginia García, cuñada de Máximo Kirchner, quien lo quiso correr con su estilo político. “Tenemos la misma valorización política que usted. Quédese tranquila que caminamos por la calle, hablamos con la gente y sentimos el apoyo”, la desautorizó Peña, pero admitió que la grieta en la sociedad le juega una mala pasada. “Esta dinámica es mala para todos”, evaluó.
Peña insistió en negar despidos masivos (“la situación es la misma que hace un año") y fue tanto el desánimo tenían los senadores del FPV que ni abundaron en preguntas sobre las cuentas de Macri en el exterior, el golpe más bajo que recibió. “Nosotros no vamos a defender el concepto off shore”, se desvinculó Peña.
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