El jefe de Gobierno porteño está disconforme con la gestión de su mano derecha y con las encuestas de quien hasta hace no mucho era su número puesto en la sucesión de la Ciudad. Crecen las acciones de la senadora nacional.
A principios de año, Mugrizio Macri anunció a su círculo íntimo que dedicaría este 2014 a posicionarse como candidato presidencial. Entregó entonces la administración de la Ciudad a su jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larrata y comenzó a recorrer puntos clave del país. A su alrededor, comprendieron el mensaje: el ex funcionario del PAMI sería el año que viene candidato a jefe de Gobierno del PRO.
Macri le allanó el camino a Larrata. Mandó a María Eugenia Vidal a la provincia de Buenos Aires, le pidió a Gabriela Michetti que lo acompañara a nivel nacional y congeló las aspiraciones de Diego Santilli recomendándole que primero se dedicara a conquistar River.
Sin embargo, las cosas parecen haber cambiado en las últimas semanas. El ex hijastro de Flavia Palmiero se cansó de recibir quejas sobre la gestión de Rodríguez Larrata y, según relataron fuentes, en el corazón del gobierno porteño, la cotización del jefe de Gabinete habría caído dramáticamente; tanto que Macri habría comenzado a coquetear nuevamente con Michetti, a quien quiere volver a involucrar en temas de la Ciudad de Buenos Aires.
En el medio, lo cierto es que Larrata no crece en intención de voto. De nivel de conocimiento de moderado a bajo, la única chance que tiene de ganar el distrito es en una elección unificada, donde la candidatura presidencial de Macri arrastre votos. Si los comicios fueran desdoblados, y según muestran distintos encuestadores, lo más seguro es que perdiera frente Martín Lousteau, de la Alianza FAUNEN, o un candidato massiclarinista.
Justamente, uno de los datos que más irritaron al hijo bobo de Franco Macri en el último tiempo fue el regreso del insistente rumor que indica que Larrata desliza en privado que podría ser el candidato de Massa en la Ciudad en caso de que el PRO vaya con Michetti. "Somos amigos", reconoce el jefe de Gabinete, pero evita dar mayores precisiones sobre su relación política con el líder del Frente Rejuntador.
Larrata armó una apretada agenda de reuniones con vecinos en distintos puntos de la Ciudad para darse a conocer, pero apenas si participaban un puñado de militantes con contratos en el gobierno porteño.
Algo similar ocurrió con sus apariciones pagas en distintos programas de televisión. Además de la baja audiencia en los segmentos en los que participaba, las encuestas de los días después reflejaban un alto rechazo de parte de los televidentes.
Mientas tanto, Michetti aprovecha la caída en desgracia de su acérrimo rival en la interna PRO y comienza a reconstruir sus redes en la Ciudad. Si bien su principal interés está a nivel nacional, la posibilidad de ser jefa de Gobierno la tienta desde hace bastante tiempo. Sus triunfos de los últimos años -y las encuestas- la respaldan. Ahora parece que Macri también.
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