El Partido de los Trabajadores oficializó a la mandataria brasileña para los comicios de octubre y a Michel Temer como su vice, del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), el principal aliado de la fuerza gobernante.
"Si en el 2002 la esperanza venció al miedo, en esta elección la verdad debe vencer a la mentira y a la desinformación. Nuestro proyecto de futuro debe vencer a aquellos que quieren volver al pasado", dijo Rousseff al hablar ante la convención nacional del PT que la proclamó su candidata presidencial, reportó la agencia Brasil 247.
Bajo el lema "Más cambios, más futuro", el PT, mayor fuerza de izquierda de América Latina y que gobierna Brasil desde 2003, apostó por la construcción de un "nuevo ciclo histórico" basado en la transformación educacional, la reforma de los servicios públicos, del sistema político y federativo.
Pese a que la candidatura de Rousseff era dada como cierta desde hacía varios meses por el PT, hasta ahora no había sido formalizada, lo que permitió que en los últimos meses surgiera un movimiento dentro del partido que defendía la postulación de Lula.
La mandataria lidera con amplitud las encuestas de intención de voto pero ha perdido apoyo desde inicios de año debido principalmente al débil desempeño económico del país, por lo que algunos sondeos señalan que los comicios del 5 de octubre podrían definirse en una segunda vuelta electoral tres semanas después.
"Brasil quiere seguir cambiando de la mano de aquellos que ya demostraron que tienen capacidad de transformar profundamente el país y mejorar la vida de nuestro pueblo", comentó Rousseff ante los 800 delegados de la convención que la proclamaron en la que estuvo acompañada, entre otros, por Temer y su mentor político, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010).
Lula reafirmó su sintonía con Rousseff y afirmó que "vamos a demostrar que es posible que una presidenta y un expresidente terminen su mandato sin que haya ninguna fricción entre los dos, demostrando que es plenamente posible que creador y creadora vivan juntos en armonía".
Agregó, para terminar con quienes lo promovían como el candidato presidencial del PT, que "cuando haya divergencias entre Dilma y yo, la divergencia terminará porque Dilma siempre tendrá la razón y yo estaré equivocado".
Durante la convención, que contó con la presencia de presidentes de partidos aliados, varios ministros y exministros, decenas de parlamentarios, gobernadores, alcaldes y líderes políticos regionales, el PT volvió a condenar los insultos de miles de personas que corearon un "Dilma, que te den por el culo" en la inauguración del Mundial de fútbol 2014, el pasado 12 de junio.
El presidente nacional del PT, Rui Falcao, denunció esos abucheos y precisó que el "tiro les salió por la culata" porque la mandataria fue rodeada por la "solidaridad unánime de los que condenan la violencia".
En su discurso, Rousseff subrayó que nunca realizó "política con odio", ni siquiera cuando la intentaron "destruir física y emocionalmente, por medio de violencia física", en referencia a su época de juventud, cuando pasó casi tres años en prisión y fue duramente torturada por sus vínculos con grupos guerrilleros alzados contra la dictadura que gobernaba entonces en Brasil.
En cuanto a los ejes de la campaña de cara a las elecciones, Falcao volvió a subrayar la necesidad de implementar una "reforma del actual sistema político electoral" y la "democratización de los medios de comunicación".
"Intentan mantener intacta la actual situación de poder y concentración que impide la pluralidad y diversidad en los medios de comunicación del país", afirmó el líder del PT.
Pese a que Rousseff lidera las encuestas de intención de voto con ventaja, la jefa de Estado viene perdiendo terreno y los últimos sondeos indican que ya no garantiza su reelección sin necesidad de disputar una segunda vuelta, exigida cuando ninguno de los candidatos obtiene más de la mitad de los votos.
De acuerdo con un sondeo del Instituto Ibope, si las elecciones fuesen hoy, Rousseff obtendría el 39 por ciento de los votos, frente al 21 del senador Aecio Neves, cuya candidatura fue proclamada el pasado sábado por el opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y el 10 por ciento del exgobernador de Pernambuco Eduardo Campos, candidato del Partido Socialista Brasileño (PSB).
Según el sondeo, Rousseff y Neves tendrían que medirse en una eventual segunda vuelta, en la que la jefa de Estado ganaría la reelección con el 43 por ciento de los votos frente al 30 por ciento del candidato del PSDB.
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