El ingreso medio de los trabajadores argentinos se mantuvo por encima de las variaciones de precios producidas en el último año y también logró recomponerse luego de la devaluación del peso frente al dólar, producida en enero pasado.
Esta es la conclusión a la que arribó un análisis elaborado por el Grupo de Estudios de Economía Nacional y Popular (GEENaP), en el que se sostiene que "el efecto de las primeras paritarias recompuso el nivel de ingreso de los trabajadores", de modo tal que "el Indice de Salarios registró una suba de 12,2 por ciento en lo que va de año (hasta abril), por encima del 11,9 de inflación registrada en el mismo periodo".
"En los primeros cuatro meses del año, el índice de variación salarial superó a la inflación del periodo, revirtiendo el efecto de la devaluación y recuperando el poder adquisitivo de los trabajadores", afirmó el GEENaP, que destacó que esta "recomposición del poder de compra, también empieza a apuntalar a la actividad económica mediante el consumo".
A su criterio, "en los próximos meses con la implementación de los acuerdos salariales que aun no se efectuaron, el aguinaldo, y un índice de precios que continúa en desaceleración, se pueden esperar mayores efectos positivos sobre la actividad y el consumo".
Asimismo, remarcó que "al analizar los salarios interanualmente, también superan en crecimiento a los precios, manteniendo así los ingresos de los trabajadores".
Tomando la inflación medida entre abril y diciembre del año pasado por las administraciones provinciales, el denominado IPC provincias, que es del que se nutría la mayoría de las consultoras, y agregándole los guarismos registrados desde enero último por el flamante Indice de Precios al Consumidor nacional y urbano, en forma anual la variación de precios fue de 30 por ciento.
Por su parte el Indice de Salarios a nivel general se incrementó en un 33 por ciento, entre abril de 2013 y el mismo mes de este año.
Esto da cuenta que los salarios le ganaron por tres puntos porcentuales a la inflación, pero en un marco en el cual hubo una devaluación de 20 por ciento en el medio, y recién en los últimos cuatro meses comenzó a sentirse una desaceleración en las subas de precios.
En este contexto, es válida la presunción del GEENaP de que, si se mantiene la tendencia confirmada en mayo de baja en la inflación, especialmente en alimentos, con las paritarias ya terminándose de cerrar y los aumentos que restan de salario mínimo y jubilación en el segundo semestre del año, habrá una reactivación del consumo y por ende de la economía.
En consecuencia, cuando se vuelva a medir el incremento salarial en comparación con la inflación, la relación jugará aun más favor del poder de compra de los trabajadores.
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