BRASIL CELEBRÓ AYER EL DÍA DE SU INDEPENDENCIA EN MEDIO DE PROTESTAS CONTRA EL PRESIDENTE CONSERVADOR MICHEL TEMER Y SUS PLANES DE SEVEROS AJUSTES, TRAS LA DESTITUCIÓN DE DILMA ROUSSEFF.
En medio de silbidos, gritos de "¡Fuera Temer!", "¡Golpista!", así como de aplausos y de consignas favorables, Temer inauguró la ceremonia junto a su esposa y varios ministros en Brasilia.
En su primer gran acto público desde que asumió la presidencia la semana pasada, Temer no desfiló en el automóvil Rolls Royce convertible de los años 50 -como es tradición en esta fecha- ni lució la banda presidencial por encima del traje.
A pocos metros del desfile cívico militar, en la principal avenida de la capital brasileña, unos 2.700 manifestantes, según la policía, marcharon hacia el Congreso coreando consignas contra el gobierno, al que acusan de implantar retrocesos sociales.
De acuerdo con una encuesta divulgada por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística, la aprobación del reciente mandatario ronda entre el 8% y el 19%.
En Sao Paulo, donde la policía no suele informar el número de manifestantes, varios grupos marchaban por el centro de la ciudad gritando consignas similares. De acuerdo con los organizadores, la convocatoria reunía 10.000 personas cerca del mediodía. En Belo Horizonte, capital de Minas Gerais (sudeste), los movimientos que convocaron la protesta informaron de la adhesión de unas 30.000 personas.
La celebración por los 194 años de la Independencia y estas manifestaciones ocurren una semana después de que Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), fuera removida del poder por el Senado, que la declaró culpable de manipular las cuentas públicas y por ello de violar la Constitución.
Rousseff, que había sido elegida en 2010 y reelegida en 2014, también había recibido abucheos y sido objeto de protestas durante el desfile del año pasado.
Las protestas se acoplaron este año a una tradicional manifestación popular denominada "Grito de los excluidos", que desde 1995 utiliza el Día de la Independencia para reivindicar derechos sociales.
En Rio de Janeiro, que fue sede de los Juegos Olímpicos el mes pasado y a partir de ayer recibe los Juegos Paralímpicos, miles de manifestantes se congregaron en el centro de la ciudad. Al menos uno de ellos fue detenido, constató un periodista de la AFP, precisando que éste estaba disfrazado de Hombre Araña.
Para enfrentar el déficit que se disparó en los últimos años e intentar revertir la profunda recesión económica que atraviesa Brasil, Temer anunció que emprenderá un severo ajuste fiscal, con una delicada reforma del sistema de jubilaciones en vista. Un programa que la izquierda y movimientos sociales ven como un retroceso de los derechos conquistados durante los 13 años del PT en el poder, primero con Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y luego con Rousseff.
"Cuando se produzca la pérdida de derechos anunciada por Temer, con el corte de los derechos sociales, otras categorías se unirán" a las protestas, afirmó en Rio una manifestante, Marilia Palmeira, de 31 años.
Desde la destitución de Rousseff, el 31 de agosto, las protestas se han multiplicado en varias capitales de estados del país, y en algunas ocasiones acabaron en disturbios.
La actuación violenta de la policía en Rio y Sao Paulo fue objeto de críticas y la Fiscalía anunció que "investigará las denuncias" de supuestos abusos cometidos por los agentes.
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