La jueza María Romilda Servini de Cubría se refirió a la causa que investiga por el tráfico de efedrina y habló de supuestos lazos entre la Casa Rosada y el narcotráfico.
La jueza federal María Romilda Servini de Cubría habló ayer de la causa que se sigue por el tráfico de efedrina y admitió que investiga un entrecruzamiento de llamadas entre supuestos narcotraficantes y funcionarios de la Casa Rosada.
En ese sentido, la magistrada cursó un pedido al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, para que se informe quiénes utilizan los números que figuran en las pericias (ver nota aparte en esta misma edición).
"Tenemos entrecruzamientos de algunos llamados entre teléfonos de la Casa Rosada con algunos narcos. Queremos saber quiénes usaron esos teléfonos", declaró, en una entrevista radial.
Servini de Cubría reiteró que pudo comprobar que ingresó ilegalmente efedrina al país y que esas maniobras de narcotráfico necesariamente tienen que contar con "ayuda de alguien de la política".
"El narcotráfico tiene que tener apoyo de adentro, de alguien importante, porque si no, la Policía los localizaría de inmediato", sostuvo.
Para la jueza, José Granero, ex titular de la Sedronar, "tenía algún amigo" que "manejaba" el ingreso de la efedrina a la Argentina. En este contexto, sostuvo que el propio Granero hacía las denuncias en distintos juzgados para demorar la investigación.
“La denuncia original se dividió en varias causas y así es difícil poder investigar; cuando se divide una causa en 20 o 50, de alguna manera a uno le impiden la investigación”, enfatizó.
En tal sentido, Servini de Cubría aseguró que en la Argentina "es muy difícil investigar" causas relacionadas con el narcotráfico por las "presiones que hay desde todos lados".
"Nunca tuve problemas con la política, pero los abogados enloquecen; hay amenazas", agregó la magistrada.
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