Felipe VI y Letizia llegaron ayer a la Santa Sede en su primera visita oficial al extranjero para ser recibidos al mediodía en audiencia por el Papa.
La visita de Felipe y Letizia a la Santa Sede tiene lugar cuando aún no pasaron dos semanas de la proclamación del nuevo rey, el 19 de junio y en España despertó críticas porque el primer viaje al extranjero de los reyes de un país aconfesional según la Constitución, sea al Vaticano.
Según trascendió, Francisco les dio una cordial bienvenida en la que no faltaron las bromas y Felipe VI se despidió del Papa "con la esperanza de verle en España", tras explicarle que el relevo en la Corona fue "muy intenso", pero lo vivió "tranquilo".
Antes de entrar en la biblioteca privada del pontífice para esta reunión, que duró unos 40 minutos, Felipe se dirigió al Papa para preguntarle, sonriente: "¿Los monaguillos delante?", en alusión a la reciente visita al Vaticano de los reyes Juan Carlos y Sofía, cuando el pontífice, con esta expresión, los invitó a pasar antes que él.
"Así es, ¿se lo contó su padre?", contestó divertido el Papa, antes de ceder el paso a Felipe VI y la reina Letizia para dar inicio al encuentro, a solas con ambos, en la biblioteca privada.
Para esta audiencia, Felipe acudió a la Santa Sede con traje y corbata azul oscuro, mientras que Letizia vestía un traje de chaqueta blanco -color reservado en estas ocasiones a las reinas católicas- y no llevaba mantilla, informó la agencia de noticias EFE.
El Papa y Felipe se mostraron muy sonrientes en las palabras que intercambiaron tanto al inicio como al término de la reunión, momento en que el rey se despidió de él "con la esperanza de verle en España" y el pontífice se dirigió además a la reina Letizia para decirle "con la esperanza de volver a verla pronto".
En el habitual intercambio de regalos, los reyes entregaron un facsímil del "Oráculo manual y arte de prudencia", del jesuita Baltasar Gracián, que reproduce el original adquirido por un ilustre gracianista argentino, Jorge Furt, un pequeño volumen que Felipe hojeó ante el pontífice, al tiempo que le explicaba que el original se encuentra en Luján, Argentina.
Por su parte, el Papa obsequió a sus invitados con un medallón de bronce que reproduce el diseño inicial de la basílica de San Pedro -que a diferencia del definitivo contaba con una columnata cerrada en torno a la plaza-, así como con un ejemplar de su exhortación apostólica "Evangelis Gaudium".
Tras la audiencia, los reyes mantuvieron un encuentro de 35 minutos con el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, en el que trataron diversos asuntos sociales, entre ellos el desempleo y la situación de los jóvenes en España, así como cuestiones relacionadas con la evolución de Iberoamérica.
Según informaron fuentes de la Casa del Rey, Felipe comentó con Parolin que en la audiencia con el Papa reiteró la invitación para que el pontífice visite España en ocasión del quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.
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