Martín Ríos fue absuelto ayer a la tarde por segunda vez, al ser declarado nuevamente inimputable por un asesinato y seis tentativas de homicidio cometidas en cuatro ataques entre 2005 y 2006.
El denominado tirador serial de Belgrano, Martín Ríos, fue absuelto ayer a la tarde por segunda vez al ser declarado nuevamente inimputable por el asesinato de Alfredo Marcenac y seis tentativas de homicidio cometidas en cuatro ataques entre 2005 y 2006.
Al igual que sucedió en 2009 en el primer juicio, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 26 consideró que Ríos es un enfermo mental psicótico esquizofrénico que no pudo comprender la criminalidad de sus actos y ordenó que siga alojado bajo tratamiento en un establecimiento psiquiátrico del Servicio Penitenciario Federal.
Ríos (35) llegó en una ambulancia del Servicio Penitenciario Federal (SPF) a las 9.40 a los tribunales de la calle Paraguay 1532.
Una hora más tarde se inició la audiencia con el único fin de que Ríos pudiera decir lo que quisiese a los miembros del TOC 26, antes de conocer la sentencia.
Vestido con la misma ropa que usó el primer día del juicio -un polar rojo, un pantalón beige y unas alpargatas verde agua-, Ríos ingresó a la sala escoltado por dos guardias del SPF y con dos efectivos de la Policía Federal.
El acusado se sentó junto a su abogado Angel Ramallo, pero cuando pasó por delante de los cuatro periodistas que cubrían la audiencia, giró su cabeza y le sonrió a un grupo de personas que, según pudo saberse después, eran su padre, Jorge Raúl Ríos; su madre, Mónica Díaz; y su hermana, María Paula.
Cuando la presidenta del tribunal, la jueza Marta Yungano, le preguntó si quería decir algo, Ríos se acercó al micrófono del escritorio de su defensor y se limitó a responder "nada", tal como había hecho en las últimas palabras del juicio de 2009.
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