El precandidato presidencial de la alianza FAUNEN llegó el sábado archipiélago y se reunió con José Martiniano Duarte, acusado por el CELS de haber participado del alzamiento de 1987.
Con el telón de fondo de la campaña por la candidatura presidencial de la alianza FAUNEN, el ex vicepresidente okupa y actual diputado de la UCR, Julio César Cleto Cobos, viajó a las Islas Malvinas. a las que llegó el sábado y donde el domingo visitó el cementerio de Darwin, en el que están enterrados 237 combatientes argentinos que cayeron en la guerra que se libró en el archipiélago, en 1982, contra el Reino Unido.
El impresentable traidor utilizó las redes sociales para difundir su viaje. Luego de su visita al cementerio, subió una foto en su cuenta de Twitter, en la que se lo veía junto a un hombre de pelo blanco, con gorra negra, y de abrigada campera roja. "Con el ex combatiente José Duarte, en Darwin", escribió.
Hay un pequeño dato que omitió el tuit del infeliz. Según un informe del Centro de Estudio Legales y Sociales, (CELS), Duarte participó del alzamiento carapintada que lideró Aldo Rico, en 1987, contra el gobierno radical de Raúl Alfonsín, y que desembocó en la sanción de las denominadas leyes de impunidad. Duarte también declaró como testigo en la causa por delitos de Lesa Humanidad cometidos en el Regimiento de Infantería número nueve.
El muro de Facebook fue un espacio que el diputado de la UCR también usó para hablar de su vista a las Islas. Allí escribió que él era "plenamente consciente que no hay otro camino que el de la paz y la diplomacia" para recuperar la soberanía y que, por eso, respetaba "todos los esfuerzos hechos por los sucesivos gobiernos de la democracia para que, por medio del diálogo y la intervención de los organismos internacionales, se logre para Malvinas el destino que todos deseamos".
El precandidato presidencial remarcó que para cualquier dirigente que aspire a llegar a la primera magistratura, la cuestión Malvinas es un tema central. "Por eso siempre consideré indispensable estar aquí, conocer su territorio, su clima, su costumbre y rendir homenaje a nuestros soldados, que dieron su vida por ellas", aseveró.
"Además de sortear la hostilidad climática, combatieron en forma heroica, en situaciones de desventaja desde el punto de vista del poderío bélico y tecnológico, escribió y agregó que "viene a mi cabeza la imagen de soldados resistiendo en las trincheras, pilotos arriesgando sus vidas, volando bajo para evitar radares. Y el recuerdo doloroso del hundimiento del Belgrano".
Hubo algunas posturas muy críticas respecto el viaje del diputado. Desde el Centro de Ex Combatientes de las Islas Malvinas, (CECIM), Ernesto Alonso, secretario de Relaciones Institucionales del organismo, dijo que "es preocupante que un precandidato presidencial llegue a las Malvinas y no haga ningún comentario sobre el proceso de militarización que es absolutamente visible. Hasta ahora sólo hizo mención a su deseo de conocer el lugar, el clima y las costumbres, pero nada más".
Por su parte, en el entorno del diputado, aseguraron que el viaje no tiene el más mínimo carácter oficial. "Se fue con la hija y con la nieta", remarcaron, para ilustrar lo "personal" de la visita. La visión que tuvo la Cancillería argentina fue muy diferente.
"Es un gravísimo error", remarcó un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, que pidió estricto off the record para "no mostrar fisuras frente a este tema, que es una política de Estado".
"Aunque no tenga reuniones con autoridades de las Islas, el sólo hecho de haber ido implica un reconocimiento de ese territorio. Está violando la declaración de Ushuaia, que él mismo firmó, en la que todas las fuerzas políticas acordaron no reconocer a Malvinas como territorio extranjero", afirmó el funcionario de la cancillería
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