Varias alianzas electorales detonaron apenas se abrieron las urnas. Massa y Macri, de socios a competidores, y el salto de Moyano, encabezan la lista de “traiciones” que inauguró la carrera al 2015.
Sin noche de bodas, sin luna de miel. Así terminaron algunos matrimonios a pocas semanas de las elecciones del 27 de octubre. Muchos las denominaron “alianzas tácticas”, otros "uniones estratégicas", pero lo cierto es que algunos de los que se prometían amor eterno deberán ir devolviendo los anillos, o al menos dar explicaciones.
Los primeros que se divorciaron la misma madrugada electoral fueron Mugrizio Macri y Sergio Massa. Una unión que, desde el vamos, nunca quedó clara. Ni el doblemente procesado jefe de gobierno porteño ni el intendente de Tigre asumieron la responsabilidad. Pero si la única verdad es la realidad –Perón dixit– lo cierto es que tres diputados del PRO integraron y fueron electos en la lista del Frente Rejuntador.
Mayor prueba que esa, para la evidencia de una alianza, no hay. Pero la separación tiene un único motivo y es claro: ambos tienen aspiraciones presidenciales y, saben, se convertirán en adversarios antes de lo previsto. El ex presidente de Boca lo dejó muy claro: “En 2015 en la lista del Pro no va a haber ningún ex integrante del gabinete nacional” y eso molestó, sobre todo a Jorge Macri, intendente de Vicente López y uno de los artífices del acuerdo, quien la noche del 27 se repartió entre el búnker del Pro y el del Frente Rejuntador. En lo concreto: los tres diputados del PRO que fueron en la lista del ex jefe de gabinete se integrarán a la lista del equipo amarillo.
Otra ruptura encadenada en el distrito bonaerense también será motivo de análisis y de movidas de fichas en el tablero. Francisco de Narcováez y Hugo Moyano han dicho basta a su fugaz romance.
Ya después de las PASO, con la baja performance del narcolorado, el camionero había declarado que “el 28 de octubre empieza otra historia y ahí, los hombres que tenemos una representación y que tenemos más o menos el mismo pensamiento sobre el país vamos a tener que unirnos. Yo nunca estuve peleado con Massa. Mañana puede ser que estemos trabajando juntos”.
Esto irritó al diputado, quien le aclaró que “si Moyano quiere irse con Massa el día después de la elección, ahora es el momento de decirlo” y agregó: “el elector tiene que saber qué está eligiendo. Es engañar al electorado representar antes una cosa y el día después pasar a representar otra. Yo no lo voy a hacer”.
A las palabras se las lleva el viento y la incipiente crisis se congeló, mientras que paralelamente las negociaciones entre el líder de la CGT y el intendente de Tigre avanzaban aún más a través de su hijo, Facundo Moyano. Sin embargo, el magro resultado del 27 de octubre todo lo quebró. “La alianza con De Narcováez fue transitoria, ¿qué tiene de malo? ¿No estamos en democracia?”, dijo algunas horas después el camionero. Por caso, Omar Plaini, que fue reelecto en su banca por este acuerdo, no se pasó al bloque de De Narcováez sino que conserva su monobloque en la Cámara baja.
Pero lo que parecía que sucedería más adelante pasó antes de tiempo. Hugo Moyano y Sergio Massa se juntaron en el gremio de camioneros con la excusa de hablar de “cuestiones institucionales” y comenzar a gestar un acuerdo para que todos los distritos conducidos por el Frente Rejuntador contraten a trabajadores afiliados a su gremio. Pero hablando en criollo, fue una foto que marcó el inicio de un nuevo camino que parecen emprender de cara al 2015. Sin embargo, esto no le salió gratis a ninguno de los dos.
En el caso de Moyano, el primero que pegó el portazo fue Pablo Micheli, el dirigente de la CTA que durante el último año jugó en tándem con el camionero, lo que los llevó a movilizaciones y reclamos conjuntos. Lo cierto es que el dirigente de ATE convocó a una marcha para el 20 de noviembre con el objetivo de exigirle al Gobierno el pago de mil pesos extras por única vez. En un principio, contaba con el apoyo de la CGT Azopardo, pero dadas las circunstancias decidieron mantenerse al margen argumentando que no hay ánimo de reclamos.
“Moyano debe tener un acuerdo con Massa de no hacer olas hasta fin de año porque salió a decir que no hay ánimo, yo también podría decir que prefiero quedarme en mi casa que estar en la calle”, espetó Micheli y agregó ofuscado: “hay un pacto entre el Gobierno y Massa, que habrá convencido a Moyano de que no era el momento”.
Por el lado del intendente de Tigre, también su reciente espacio comienza a mostrar grietas. Lo hizo Jesús Cariglino, su reciente aliado, quien peleó hasta último momento para jugar en la interna del Partido Justicialista. “Yo voy a jugar en el PJ de Malvinas Argentinas. Yo quiero seguir siendo el presidente del PJ de Malvinas Argentinas”, sostuvo el polémico mandamás bonaerense acompañado en su reclamo por los intendentes de Escobar, Sandro Guzmán; de Hurlingham, Luis Acuña, y de Mercedes, Carlos Selva, quienes también son presidentes del partido en sus distritos.
Lo cierto es que Sergio Massa ganó la pulseada y decidió que oficialmente el Frente Rejuntador no juega en la interna que tendrá comicios a finales de diciembre, aunque muchos sospechan que la candidatura de Mario Ishii respondería a él. En todo caso, Massa deberá contener a su tropa si no quiere que comience la interna en su propio espacio.
Del otro lado del arco político, el espacio UNEN también comenzó tímidamente a dar los primeros chisporroteos. Si bien anunciaron que en la Legislatura porteña funcionarán como bloque, no parecen imitarlos sus primos del Congreso nacional. Por caso, Roy Cortina no se animó a hablar de bloque sino de “grupo de coordinación parlamentaria”.
Los divorcios suelen ser problemáticos, largos, dolorosos. Pero en política todo parece ser más liviano y volátil. Nada que un buen analista (político) no pueda solucionar.
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