El procesado jefe de gobierno porteño intentará armar un frente con el empresario para hacer pie en el primer distrito electoral del país. El macrismo avanza con el plan tras el intento fallido de sumar al novio de Luciana Salazar, Martín Redrado. La estrategia.
El macrismo ya tiene las fechas para todo el cronograma electoral que se avecina este año. Los números aparentan prolijidad. Establecen una agenda que arranca el 30 de abril con el cierre de padrones. Sigue el 12 de junio, con la fecha definitiva para oficializar alianzas y continúa el 22 de ese mes, con la posible dead line para la última presentación de listas.
Esa febril carrera de tiempos concluye, según los cálculos del PRO, en dos "súper domingos": el 11 de agosto, para las Primarias, y el 27 de octubre, para los esperados comicios, en todo el país, cuando se elegirán diputados, senadores nacionales y legisladores provinciales.
En los papeles, el PRO ya tendría la agenda lista para transitar el escenario político de este año, pero aún no consigue un candidato de peso para combatir electoralmente en la provincia de Buenos Aires, el territorio clave para que Mugrizio Macri pueda cruzar la Avenida General Paz y consolide sus aspiraciones presidenciales para 2015.
Esa ausencia se agiganta con el correr de los días y sumó un agravante durante la semana pasada, con el desplante del ex presidente del Banco Central del gobierno del ex presidente Néstor Kirchner, Martín Redrado. El economista, sin medias tintas, descartó la posibilidad de integrar las listas del PRO en Capital o en territorio bonaerense, la misma arena política que la ex vicejefa de gobierno y diputada nacional Gabriela Michetti se negó a recorrer el año pasado. Su negativa a encabezar la lista bonaerense para concentrarse en una senaduría por Capital hirió gravemente los planes del macrismo, un daño que volvió a empeorar con la desautorización de Redrado, apenas prometió que nunca lo verían teñido de amarillo por su pertenencia al peronismo.
La declaración del martes pasado cosechó bronca y escozor en el PRO. "Nunca nadie le pidió que se pinte de amarillo, porque la propuesta era para integrar un frente, donde también entra el peronismo", aclararon los operadores del PRO, en referencia a la oferta que le habían hecho. El cachetazo mediático, dicen alrededor de Macri, no tendría retorno, aunque el ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, trató de evitar el fracaso de la negociación y aseguró que "con Redrado no está todo roto". Pero la ruptura, ahora regada por el malestar del propio Macri, sumó a Redrado a la lista de incorporaciones fallidas que arrancó con Michetti, y continuó con los futbolistas Martín Palermo y Carlos Mc Allister, que no ahorraron amagues de devoción por el ex presidente de Boca. Pero luego también se corrieron.
Los abandonos, realizados antes de jugar los partidos electorales que vienen, se transformaron en los escalones de un camino que conduce, invariablemente, a la conformación de un frente bonaerense con el empresario Francisco de Narcováez. "Estamos con el alpiste en la mano, esperando que el canario amarillo se pose en la mano del Colorado", dicen con tono confiado desde el denarcovaísmo, nombre del tejido que construye el empresario a fuerza de recorridas semanales, alejadas de las cámaras, por los tres cordones de la región más poblada del país, además de la costosa campaña que desplegó esta temporada en la Costa.
Al igual que Macri, los hombres y mujeres del narcolombiano avanzan con un ojo puesto en los posicionamientos del gobernador Daniel Scioli y del intendente de Tigre Sergio Massa. A esta altura del año, creen que ambos buscarán "jugar a nada" en las elecciones de este año y evitar una pelea frontal con el gobierno nacional, "para no perder la gobernabilidad". En esa hipótesis del "narcolorado", la virtual neutralidad de Scioli y Massa, o sus candidaturas testimoniales a favor del kirchnerismo, le deja un espacio vacante para disputar el liderazgo de los votos de uno de los tres tercios que le arrojan las encuestas: el que está identificado con una abierta oposición al kirchnerismo. "El segundo tercio está compuesto por los que defienden al gobierno, y el tercero por indecisos que miran la economía para decidir a quién votará", resume un encuestador de Management & Fit, propiedad del empresario.
La cabeza de ese podio para liderar el arco opositor al kirchnerismo también es codiciado por Mugrizio Macri. Aunque el alcalde ya sabe que deberá resignar el capítulo bonaerense de ese sitial en manos del narcolorado. No sólo por la falta de candidatos, sino por algunos desaciertos comunicacionales, como la promesa que hizo, también durante la semana pasada, de terminar con el programa estatal Fútbol para Todos, en caso de resultar electo presidente en 2015. El anuncio fue leído dentro del PRO como un disparo en el pie para los planes bonaerenses, un error que el propio diputado Federico Pinedo buscó revertir con la presentación de un proyecto de ley que reconoce el control estatal de la transmisión de los partidos, pero limita el financiamiento público de la televisación compartida con la AFA.
Alrededor de Macri admiten en voz baja que la implementación del Fútbol para Todos "es una de las pocas acciones de gobierno difícil de cuestionar, salvo por el aprovechamiento indiscriminado de la publicidad partidaria". No fue lo que dijo Macri en público, pero sus exégetas lo corrigen. Dicen que fue un error cometido en medio de una entrevista radial. La aclaración tardía, quizás no revierta el impacto negativo en la figura del alcalde, pero revela la incertidumbre que atraviesa al PRO sobre la ausencia de un programa de política económica a nivel nacional que pueda antagonizar con el oficialismo.
De hecho, con costos o beneficios, los últimos intentos de incorporaciones del macrismo buscaron sumar a dos figuras del primer kirchnerismo, y del interinato duhaldista, que terminaron a los portazos, como Redrado y el ex ministro de Economía Roberto Lavagna. El ex candidato presidencial en 2007, bajo el lema Concertación para una Nación Avanzada (UNA), arañó el 17% de los votos y quedó tercero.
Ahora también se niega a pintarse de amarillo, pero está interesado en la oferta que le hizo el ministro de gobierno porteño, Emilio Monzó, de integrar un frente opositor conformado por macristas, peronistas y radicales de Capital, con Patricia Bullrich Luro Pueyrredón incluida. Su espejo del otro lado del Riachuelo contaría con De Narcováez, seguido por algunos intendentes, como el de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino.
En esas banderas, articuladas bajo el slogan "Ella o Vos", también irían por el PRO otro economista, Carlos Melconian, que criticó duramente el acercamiento con Redrado, y el actual ministro de Justicia y Seguridad porteño, Guillermo Montenegro. Sus rostros ya tapizan algunas calles porteñas y bonaerenses, con una mínima mención del jefe de gobierno porteño, Mugrizio Macri. En su equipo hay opiniones divididas: algunos dicen que es para proteger la imagen del alcalde de posibles desgastes. Otros argumentan que, luego de esta temporada, su apellido no empuja a ningún candidato. Mientras tanto, Francisco sonríe y espera.
Alika, alikate... Vos sos bienvenido.
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