Junto a la provincia de Chubut, el distrito que gobierna Mugrizio Macri aparece como el más retrasado en el combate de este flagelo. Según datos del Ministerio de Trabajo, la Ciudad nunca instaló su oficina para controlar la problemática.
La Ciudad de Buenos Aires y Chubut son los únicos distritos del país que no se sumaron al combate al trabajo infantil que se desarrolló en los últimos años.
Las 23 provincias y la capital deberían tener cada una su Comisión Provincial para la Prevención y la Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI), sin embargo, en las dos reuniones anuales que organiza la comisión nacional (CONAETI) se ven veintidós sillas ocupadas y dos vacías.
"La creación de la COPRETI es una muestra de la voluntad política de sumarse al plan nacional y de trabajar todos en conjunto, y eso debería darse naturalmente con independencia del color político del funcionario que esté a cargo de la provincia", subrayó Pilar Rey Mendez, la titular la CONAETI, que funciona bajo la órbita del ministerio de Trabajo nacional.
El gobierno de Chubut no dio una respuesta concreta a los reclamos que se realizaron desde el Estado nacional y argumentó que no considera que su problemática en el área sea fuerte, por lo que cree suficiente su intervención sin trabajar en conjunto con Nación y el resto de las provincias.
Por su parte, la CABA, que gobierna el procesado Mugrizio Macri, creó su oficina hace dos años a través una norma jurídica, pero nunca la puso en funcionamiento. "En el resto del país se crearon COPRETIs y desde ese momento se trabajó codo a codo con cada uno de los distritos en el armado de un plan federal. Es una lástima que haya distritos que no consideraron viable utilizar esta valiosa herramienta para combatir una problemática como el trabajo infantil", planteó Rey Méndez.
En Buenos Aires la idea era generar un trabajo de tres patas, con el gobierno provincial, de la Ciudad y Nación, debido al fuerte traslado de niños que habitan en el conurbano bonaerense y trabajan en las calles porteñas.
Sin embargo nunca se pudo avanzar en ese sentido, razón por la que las autoridades nacionales consideran que el rechazo al trabajo en equipo muestra una fuerte contradicción con la constante sublimación del "diálogo" que se realiza desde el macrismo.
Da bronca, provoca indignación pero, lamentablemente, no sorprende. ¿Qué otra cosa podía esperarse de Mugrizio Macri y sus secuaces?
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