EL PRESIDENTE DE FRANCIA ASEGURÓ QUE SE HABÍAN TOMADO TODOS LOS RECAUDOS, "EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE", PARA GARANTIZAR LA SEGURIDAD DE LOS ESPECTADORES DE LOS FUEGOS ARTIFICIALES EN NIZA, DEFENDIÉNDOSE ASÍ DE LAS CRÍTICAS AL RESPECTO.
El presidente francés, François Hollande, llegó ayer a la ciudad donde un hombre que conducía un camión embistió a una multitud que festejaba un nuevo aniversario del Día Nacional y causó 84 muertes, un ataque terrorista que todavía no se atribuyó ninguna organización.
El mandatario arribó a la ciudad costera tras participar de la reunión del gabinete de seguridad en el Palacio del Elíseo, en París, donde se decretó un duelo nacional de tres días y se analizó por cuánto tiempo se extenderá el "estado de emergencia", que hasta el jueves iba a ser levantado en dos semanas.
"Las fuerzas de seguridad (...) habían tomado todas las disposiciones para que estos fuegos artificiales estuvieran, en la medida de lo posible, protegidos", señaló el mandatario en un discurso en esa ciudad mediterránea, en el que saludó la actuación policial para "neutralizar al asesino" y "acabar con la carnicería".
El mandatario galo reaccionó así de forma indirecta así a las recriminaciones de diversos líderes de la oposición que como el ex primer ministro Alain Juppé, dijo que "si se hubieran puesto todos los medios, el drama no se habría producido".
En la misma línea, el presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, Christian Estrosi, antiguo alcalde de Niza, cuestionó el dispositivo de las fuerzas del orden que hubo anteanoche en el paseo de los Ingleses de la ciudad donde se produjo el atentado.
El jefe del Estado socialista recordó que hace meses había decidido reforzar los efectivos de las fuerzas de seguridad que se habían reducido anteriormente, en alusión al mandato de su predecesor, Nicolas Sarkozy, que es el presidente de Los Republicanos, el partido de Juppé y Estrosi.
Hollande quiso elevarse por encima de esa polémica naciente con reiterados llamamientos a la unidad, recordando que la lucha contra el fundamentalismo "va a ser larga" porque enfrente hay "un enemigo que va a continuar a todos los pueblos, a todos los países que tienen la libertad como valor esencial".
En ese sentido pidió "unidad, cohesión y fuerza" para que "Francia sea más fuerte que los que quieren hacerle mal" y se mostró convencido de que "somos capaces de vencerlos porque somos una Francia unida".
El mandatario había anunciado antes de ayer, horas antes del atentado, que desde el 26 de julio iba a levantar el estado de emergencia que estaba en vigor desde los atentados yihadistas del 13 de noviembre en París, y que se reduciría el dispositivo militar antiterrorista en territorio francés de 10.000 a 7.000 soldados.
Sin embargo, los hechos de Niza o obligaron a dar marcha atrás a ambas medidas y a pedir a la Gendarmería que llame a sus reservistas para reforzar el dispositivo de seguridad.
Hollande estuvo acompañado en la ciudad de la Costa Azul por el primer ministro francés, Manuel Valls, y su ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, con quienes visitó también a los heridos internados en el hospital Pasteur.
Tras la visita, reveló que entre las víctimas del atentado "hay muchos niños, niños pequeños", así como un gran número de "extranjeros de muchos continentes". Las autoridades sanitarias habían anticipado que de los al menos 120 heridos, unos 50 eran niños. Asimismo, Hollande dijo que unos 50 heridos en el atentado de anoche en Niza se hallan "en estado crítico, entre la vida y la muerte".
En su posterior discurso, el presidente aseguró que seguirán "poniendo su vigilancia y su protección al servicio de los franceses", antes de evocar los mensajes de "amistad" desde el extranjero con Francia.
"El mundo nos dice con amistad lo que piensa de nosotros, que somos un país fuerte que es capaz de superar todas las pruebas, y ha habido muchas estos últimos meses y hemos dado un buen ejemplo al mundo por la unidad y la cohesión", sostuvo el mandatario francés.
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