EL CANDIDATO A VICEPRESIDENTE POR EL FRENTE PARA LA VICTORIA, CARLOS ZANNINI, CONOCE COMO POCOS EL DERROTERO POLÍTICO QUE NÉSTOR KIRCHNER Y CRISTINA FERNÁNDEZ INICIARON DURANTE LOS 80 EN SANTA CRUZ, Y POR ESO, A JUICIO DE MUCHOS, SU PRESENCIA EN EL BINOMIO QUE ENCABEZA DANIEL SCIOLI GARANTIZA LA CONTINUIDAD DE LAS POLÍTICAS INICIADAS EN 2003.
Nacido hace 54 años en la localidad cordobesa de Villa Nueva, hijo de un albañil y una ama de casa, el actual secretario de Legal y Técnica de la Presidencia se volcó de joven a la militancia política al comenzar sus estudios de derecho en la Universidad Nacional de Córdoba, en los convulsionados años 70.
Zannini se incorporó a la agrupación Vanguardia Comunista, identificada con las concepciones políticas del marxismo que postulaba el líder chino, Mao Tse Tung.
Ese posicionamiento ideológico de su juventud, sumado a sus rasgos faciales, le valieron el apodo de "el Chino", con el cual lo conocen en el ámbito político sus compañeros y adversarios.
Unas horas antes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, Zannini fue detenido cuando se encontraba en Buenos Aires y trasladado a la Unidad 9 de La Plata, donde permaneció cautivo hasta su liberación, en 1980.
Retornó a su Córdoba natal y completó sus estudios en derecho para graduarse como abogado un año después, en días en los cuales el proyecto de la dictadura entraba en crisis.
Tras el fin del régimen castrense, recaló en la Patagonia con la intención de radicarse en Río Gallegos, donde en 1984 conoció a Kirchner y a Cristina, quienes militaban en el Ateneo Juan José Valle.
En 1987, tras una reñida elección, Kirchner resultó electo como intendente de la capital santacruceña y Zannini fue designado como secretario de Gobierno del Municipio.
Cuatro años más tarde, al llegar Kirchner a la gobernación, "el Chino" asumió como ministro de Gobierno de Santa Cruz, en 1995 ocupó una banca en la legislatura provincial y al cumplir su mandato fue nombrado al frente del Tribunal Superior de Justicia del distrito patagónico.
El 25 de mayo de 2003, Kirchner fue ungido como presidente y Zannini pasó a ocupar la Secretaría de Legal y Técnica, y desde ese cargo ejerció un rol fundamental en el armado político de ese gobierno que tomó las riendas de un país sacudido por los efectos de la crisis causada por el derrumbe de la convertibilidad.
Padre de cuatro hijos y casado en dos oportunidades, Zannini cultiva, según la opinión de algunos analistas, un estilo duro hacia fuera y componedor hacia el interior del kirchnerismo.
Se define a sí mismo como "un hombre del interior, opuesto al centralismo del puerto y con una profunda vocación por un país federal".
Asegura que "nunca dejó de sentirse un militante de la causa popular" y quizá por esa razón se cree que es el artífice de la mística setentista que tiñó al kirchnerismo desde 2003 hasta el presente.
El 17 de junio último, a pedido de la presidenta, Zannini aceptó integrarse a la fórmula presidencial como compañero de Scioli sin disimular las diferencias de origen y estilo que lo separan del mandatario bonaerense.
"Lo nuestro es unidad en la diversidad para defender un proyecto de país", señaló el funcionario a la hora de describir el vínculo que lo une con el postulante a presidente por el Frente para la Victoria.
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