Una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani, dijo que la “batalla que está librando el Papa” la “tiene entusiasmada”, en referencia a la promesa que recibió de Francisco, quien se comprometió a buscar en los archivos del Vaticano rastros del robo de su nieta, Clara Anahí, a la que busca desde hace 37 años.
En declaraciones al portal Infojus Noticias, al celebrar una nueva Navidad sin su nieta, Mariani contó que el Papa ya le mandó un rosario y una bendición, y agregó que seguirá “caminando por los juzgados, haciendo ruido con mi bastón de ciega".
“La Iglesia, en las horas más desesperadas, me dio uno de los golpes más grandes”, contó Chicha desde su casa, donde manifestó que la actitud de Francisco le renueva la esperanza.
“Esta batalla que está librando el Papa me tiene entusiasmada, está barriendo, limpiando”, dijo Chicha, tras recordar que conoció al “obispo de Chascomús, Carlos Malfa, en la casa de Norberto Liwski, cuando cumplió 60 ó 50 años, y puso una carpa en una lomadita del lugar donde tiene su casa, y ahí nos pasamos horas hablando, cuando yo no sabía que era obispo”.
“Me impresionó mucho. Después de ese día nos hablamos por teléfono y un día vino acá, hace 4 años. Yo tengo un respeto que me viene de mi condición de hija de polaco por la iglesia y lo religioso, algo más allá de la voluntad. Yo pienso de un obispo tiene que recibirlo con cierta atención. Cuando vino acababan de traer la búsqueda de Clara Anahí, con cajas, objetos, todo eso. La casa estaba llena y prácticamente no se podía entrar y llegó monseñor Malfa. En medio de cajas y cajones, haciendo milagros, pasamos al living y ahí, arrinconados, charlamos de todo. Yo estaba avergonzada. No todos los religiosos me inspiran respeto, pero este señor sí. Después lo perdí de vista por un tiempo”, contó Chicha.
Asimismo, agregó que “hace pocos días” la llamó y le trajo “un rosario de los que tiene el Papa y una bendición papal. Es como un diploma con un título e ilustraciones, es algo muy fuerte para mí, que viene en un estuche y lo he mandado a enmarcar. Esta bendición tiene algo inédito: me han puesto el nombre completo y también el apodo, 'Chicha'. Me dijo Malfa que es la primera vez en la historia del Vaticano que se hace una bendición papal con un apodo”, dijo una de las fundadoras de Abuelas.
También relató que a Malfa lo “nombraron secretario general del Episcopado, o algo así. Fue, y cuando vio al Papa, le pidió por el caso de Clara Anahí. Estaba empezando a contarle el caso, y un cardenal que estaba junto a Francisco le dijo ‘claro, se trata de Clara Anahí’. Resulta que ya habían ido cinco o seis personas, sin que yo les dijera una palabra, a pedirle por mi nieta. El último había sido un obispo de Brasil, del que no recuerdo el nombre, con quien a su vez habían intercedido los ex integrantes del organismo del obispado de San Pablo, Clamor, que tanto ayudó y protegió a los exiliados latinoamericanos durante sus respectivas dictaduras, incluida la Argentina y nosotras, las Abuelas. Allí se comprometió Francisco a ayudarme”.
Recordó que durante el Terrorismo de Estado tuvieron ayuda de “los jesuitas de Canadá”, y que “el cardenal Arns, con el pastor Jaime Rights, de Brasil, fueron para nosotros uno de los grandes apoyos. El ejemplo más claro que yo vi de ecumenismo en esos años aciagos. Yo ya no esperaba ninguna ayuda de la Iglesia, la que maltrató tanto en horas tan difíciles de mi vida. Pero quiero aclarar que hubo religiosos en la Argentina que sí fueron un sostén en el pasado, por ejemplo Jaime de Nevares, de Neuquén, que estuvo siempre cerca, o Monseñor Novak, de Quilmes”, puntualizó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario