La Cámara de Diputados aprobó y convirtió en ley el nuevo Código Civil y Comercial con 134 votos afirmativos y cero negativos en una sesión en la que la oposición decidió no participar tras denunciar que el debate era "anticonstitucional". Comenzará a regir el 1º de Enero de 2016.
Los miembros de las fuerzas opositoras sostenían que el dictamen de la comisión bicameral cayó con la renovación parlamentaria del año pasado. Además, entendían que, como el Senado modificó el despacho, el proyecto debía ser girado a comisiones permanentes de la Cámara baja para continuar su trámite ordinario o ser habilitado en una votación sobre tablas con una mayoría especial.
Radicales, macristas, socialistas, trotskistas, massistas, de la Coalición Cívica y peronistas opositores coincidieron en su postura de ausentarse de la sesión en la Cámara de Diputados, con el argumento de que no se cumplían con el reglamento del cuerpo y con la Constitución.
En ese marco, los jefes de los bloques opositores asumieron una dura postura contra el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, a quien atacaron de manera inusual, dado que hasta ahora el legislador bonaerense mantuvo un vínculo muy cordial con estos diputados, que hasta reconocieron en varias ocasiones su labor al frente de este cuerpo legislativo.
La actitud de los bloques opositores de abandonar el recinto contrastó con el hecho de que la mayoría de esas bancadas habían avalado la conformación de una bicameral y participaron activamente en el trabajo previo al dictamen, que consistió en audiencias públicas en provincias y de recibir más de 1.000 ponencias.
Tampoco participaron de la sesión informativa del 4 de junio argumentando que no podían repreguntar al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, aunque nunca se utilizó el sistema de repreguntas en este ámbito legislativo.
De todos modos, ya es una práctica instalada en la Cámara de Diputados que los bloques opositores no brinden quórum para sesionar, a la espera de que el oficialismo reúna el piso de 129 diputados para habilitar la deliberación.
Así ocurrió cuando se debatió el acuerdo con Repsol por la expropiación del 51% de las acciones de YPF, con el acuerdo con el club de París por una deuda que se tomó en 1956, en el debate del Presupuesto, del pago soberano local de la deuda y el conjunto de proyectos de reforma judicial, entre otras iniciativas.
Los bloques opositores tampoco participaron de la votación de las leyes de reforma judicial, ni cuando se sancionó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en octubre de 2009 ni cuando se aprobó el proyecto que permitió a los jóvenes votar a partir de los 16 años.
Entre las novedades más destacadas del nuevo Código Civil y Comercial -que comenzará a regisr el 1º de enero de 2016-, se actualizará con la incorporación de la Ley de Matrimonio Igualitario, aprobada en 2010. No se realizarán distinciones entre varón y mujer para definir quiénes pueden casarse.
Además, los cónyuges podrán optar entre dos acuerdos prenupciales: el régimen de comunidad de ganancias (el único existente al día de hoy) y el de separación de bienes. Se prevé una compensación económica en caso de que el divorcio vincular deje a uno de los cónyuges en un “desequilibrio económico manifiesto”.
Asimismo, se simplifican los trámites de divorcio. Por ejemplo, se establece que alcanza con el deseo de uno de los cónyuges, sin que haga falta invocar una causa, y en cualquier momento de la relación matrimonial.
Las uniones convivenciales tendrán un status legal y quedarán inscriptas en el registro local, aunque podrían probarse sin ese trámite. Se establecerán restricciones para impedir la desprotección de alguno de los convivientes.
Los métodos de fertilización asistida estarán contemplados en el capítulo 2 del nuevo Código, que regula el consentimiento “previo, informado y libre” de las personas que se sometan a las técnicas.
También se simplificará el régimen de adopción y se agregará la adopción por integración, que contempla a los hijos del cónyuge.
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