La vicejefa de gobierno porteño y la diputada se dirimen quién sucederá a Mugrizio Macri en la Ciudad. Cómo se alinean el resto del PRO y el tercero en discordia: Horacio Rodríguez Larrata.
Mientras Mugrizio Macri sólo piensa en cómo llegar mejor posicionado a la contienda presidencial de 2015, dos mujeres de carácter y con buena imagen en el electorado libran una pelea silenciosa por la sucesión.
Las dos damas fuertes del Pro, Gabriela Michetti y María Eugenia Vidal, quieren ser candidatas a jefa de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
“Cuando dos mujeres quieren lo mismo, la cosa se pone difícil”, comentó en confianza y como al pasar un hombre cercano a Macri, que las conoce bien, pero tiene su corazoncito de un lado del tablero. La frase, más allá de adherir a los estereotipos de género, sirve para ilustrar cuál es la sensación térmica en torno del protagonismo que ganaron las mujeres del Pro.
De Horacio Rodríguez Larrata para abajo, la principal preocupación del macrismo es retener la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el único distrito gobernado por esa fuerza, que en 2011 no llevó candidato presidencial en la boleta.
Mientras el grupo comandado por el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, uno de los principales operadores políticos del alcalde, se dedica a diseñar una estrategia que le permita a Macri competir por el Sillón de Rivadavia, otros -más pragmáticos- están cada vez más preocupados por encontrar la manera de ganar por tercera vez consecutiva en la Capital Federal. La preocupación parte de las dificultades que está atravesando la gestión macrista y desemboca en la verdadera y única interna del Pro, la porteña.
Como Macri no puede acceder a un tercer mandato, porque no está habilitado para una re-reelección, está obligado, igual que la presidenta Cristina Fernández, a elegir un sucesor. Aunque el jefe de Gabinete porteño, Rodríguez Larrata, surge como el candidato natural, ya que se viene haciendo cargo hace rato de la gestión, tanto Michetti como Vidal apuestan a desplazarlo.
Macri siempre elige jugar con la dama. Después de los buenos resultados que consiguió en 2007 al elegir a Michetti como compañera de fórmula, el alcalde apostó a otra mujer en 2011, cuando se postuló para un segundo mandato. Aunque tanto entonces como ahora Rodríguez Larrata buscaba ganarse -por prepotencia de trabajo- un lugar en la boleta, Macri insistía en que lo acompañara una mujer. Algunos pensaron que era por cábala, otros porque no quería innovar y un tercer grupo creyó ver allí también la mano consejera de Jaime Durán Barba.
La joven y ascendente María Eugenia Vidal, con su seguridad ante las cámaras y su soltura para defender la agenda del Pro ante cualquier derrumbe, se impuso a otras alternativas que entonces también parecían naturales. Lo cierto es que Macri secundado por las damas logró cumplir su objetivo en ambas ocasiones: fue el ganador. Por eso, ambas mujeres están convencidas de que una de ellas será la elegida del empresario para jugar fuerte en el distrito en 2015.
En esa lógica, Rodríguez Larrata tendría que ir pensando desde ahora qué hacer con sus postergadas aspiraciones personales. De aprobarse la reforma política que presentó el Ejecutivo porteño en la Legislatura local, el precandidato a jefe de gobierno de cada fuerza que resulte ganador de la primaria podrá elegir a su compañero de fórmula, entre los perdedores o entre otros dirigentes del distrito. Esa salida serviría -según el macrismo- para garantizar la unidad de las fuerzas que se presenten a elecciones.
“La única interna del Pro se disputa en la ciudad”, confirmó una fuente larretista. Aunque ese y otros dirigentes buscan disuadir a Michetti, quien nació en la localidad bonaerense de Laprida, para que pegue el salto a la provincia de Buenos Aires, la ex vicejefa de gobierno expresó en varias ocasiones que no quiere disputar espacios en territorio bonaerense. Sin embargo, según trascendió, las presiones para mudarse de distrito provienen de su entorno familiar, lo que podría terminar inclinando la balanza en esa dirección. “Gabi”, como la llamaba Macri en campaña, tiene claro que es la dirigente con mejor imagen del Pro.
Desde ese lugar apuesta a ser candidata a senadora por la Capital Federal en 2013, y en 2015 se prepara para competir por la Jefatura de Gobierno. Ese es su plan. El problema es que Vidal también sueña con lo mismo. “Macri le cede demasiado protagonismo”, se quejan en la sede del gobierno porteño algunos michettistas y aclaran que es cierto que “Vidal tiene buena imagen, pero no mide ni la mitad de lo que mide Gabriela”.
Incluso, las mismas fuentes admiten que la vicejefa de gobierno está esperando ansiosa probarse el traje de alcalde antes de 2015 si Macri pide licencia o es hallado culpable por la causa que investiga las escuchas telefónicas ilegales montadas en la ciudad. Por ahora, Michetti se comprometió a recorrer el país para sumar adhesiones, mientras Vidal trabaja para mejorar la imagen de la gestión Pro, golpeada por el conflicto de los subtes y las denuncias sobre la grave desinversión en áreas sociales y sanitarias.
Mucha interna, mucho conventillo PRO, pero de gobernar y gestionar la ciudad, ni noticias.
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