Hugo Moyano utilizó el congreso de su espacio para lanzarse decididamente a la política electoral y esto es festejado por los principales diarios opositores.
Hugo Moyano aprovechó el congreso de Ferro para salir del plano estrictamente gremial y poner en palabras lo que era un secreto a voces: su aspiración de liderar un proyecto político-electoral. Ahora las cosas comienzan a transparentarse.
Malherido en el campo sindical, buscará en el entretejido político algo de oxígeno coqueteando con un ancho abanico que va desde Daniel Scioli y Alberto Fernández a la CTA de Pablo Micheli. Clarín y La Nacion lo reflejan gustosos en sus portadas de hoy. Al fin y al cabo hoy es uno de sus hombres a la hora de la acumulación opositora.
Clarín tituló ayer "Moyano reclamó por la inseguridad y habló de repensar el voto"; mientras que La Nazion destacó como título principal "Lanzó Moyano un desafío electoral al kirchnerismo".
La perspectiva no es cómoda para el camionero. De ahora en más, todo planteo reivindicativo que realice quedará cruzado por su interés político-electoral pero lo que quizá más le complique las cosas sea que el único recurso que tiene para hacer daño -los bloqueos- espantan a los sectores medios que precisamente habrán de ser su gran desafío de conquista.
No hay proyecto electoral que pueda pensarse robusto como para incidir en la escena política nacional sin un fuerte anclaje en una parte de la clase media.
Moyano tendrá que caminar por un pasillo extremadamente angosto. Por un lado disputando con el FAP la fracción de la clase media progresista y opositora. Por otro, observando ante cada paso qué nivel de legitimación le aporta el conglomerado de medios opositores para coquetear con sectores francamente gorilas y como si esto fuera poco, custodiando a su hijo Pablo para que no destruya con dos frases todo lo que se pueda ir construyendo.
Para el gobierno los titulares de ayer fueron una buena noticia, finalmente Hugo Moyano ha emigrado del terreno estrictamente gremial y se va colocando en las arenas movedizas de la política con todos los costos que ello le traerá aparejado. Entre otros, que al mostrar definitivamente sus cartas queda expuesto a los embates con munición de la más gruesa.
Si esto fue planificado así desde Casa Rosada, podría decirse que la jugada se consumó a la perfección. Si fue el curso de los acontecimientos el que colocó a Moyano en esta situación, habrá que darle crédito a quienes dicen que, además de virtudes, el kirchnerismo tiene mucha suerte.
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