Por Roberto Caballero - Director de Tiempo Argentino (*)
Fue comentario obligado en las redacciones el supuesto reportaje con Barack Obama que La Nazión publicó en su tapa el lunes 12, sin la firma de sus periodistas.
Para que se entienda: se trata, nada menos, de una exclusiva con el presidente de la mayor potencia del planeta. Si es un logro profesional en los Estados Unidos, a 8000 kilómetros de Washington, en un país periférico como el nuestro, estamos hablando de una verdadera hazaña.
Sin embargo, curiosamente, la nota de tapa de La Nazión salió sin rúbrica. Hipotésis 1 para explicar esta rareza: quizá se olvidaron en el fragor del cierre de atribuir la exclusiva a su autor. Suele pasar. Si fue un error, el martes 13 pudo haber sido subsanado. Esto no ocurrió. Hipótesis 2: fue un trabajo colectivo, en el que participaron varios periodistas y mencionar a uno solo hubiera sido una injusticia para con el resto. Hipótesis 3: no fue un reportaje, sino un cuestionario revisado por el Departamento de Estado, sin posibilidad de repregunta, lo que convierte a sus periodistas en simples voceros de una cancillería extranjera, por lo tanto, desde el orgullo profesional, estos se negaron a firmar la nota. Sería una rebelión silenciosa y plausible de los “periodistas cautivos” que dijo tener el embajador de los EE UU en la Argentina, según revelaron los cables de WikiLeaks.
A todo esto, lo que EE UU quiso comunicar desde la tapa de La Nazión es un clásico de la agenda financiera internacional: "Si la Argentina cancela su deuda, atraerá más inversiones". Sería noticia si la recomendación viniera del iraní Ahmadineyad, no de Obama. Más bien se parece a un apriete, pero que no nace de las urgencias diplomáticas de Washington, sino de las entrañas con retorcijones del mismo diario que, a poco de asumir Néstor Kirchner, le presentó a través de Claudio Escribano un pliego de condiciones a acatar si quería gobernar sin problemas.
Fracasado el Grupo A, con el partido de la devaluación en crisis, con el partido del endeudamiento desorientado y con una presidenta democrática que obtuvo su revalidación en las urnas con el 54% de los votos, los accionistas de La Nazión parecen haber ido a buscar al grandote de la cuadra para que saque el pecho por ellos.
La sanción de la ley que regula el acceso democrático al papel de diarios y la velocidad que adquirió la causa que investiga los delitos de lesa humanidad cometidos en el despojo al Grupo Graiver de Papel Prensa -donde está denunciado su director y propietario Bartolomé Mitre-, los tiene muy preocupados.
Desde el punto de vista del derecho a la comunicación de toda la sociedad, no deja de ser una excelente noticia que La Nazión visibilice desde qué lugar habla y qué intereses quiere defender, cuando habla de “libertad de expresión” para blindar, en realidad, la “libertad de empresa”. Es un avance, claro, aunque lo haga sin firma.
(*) El reemplazo de la letra "c" por la letra "z" cada vez que se menciona al diario La Nazión, corre por cuenta de la redacción de Currín On Line y no del autor de la nota.
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