EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL RATIFICÓ SU APOYO A LAS POLÍTICAS IMPLEMENTADAS POR LA ARGENTINA PERO ESTIMÓ QUE LA RECESIÓN ESTE AÑO SERÁ MÁS PROFUNDA QUE LO INICIALMENTE PREVISTO. EL ORGANISMO ES OPTIMISTA CON RELACIÓN AL FUTURO, PERO PREVÉ UNA INFLACIÓN DEL 23,2%, POR ENCIMA DEL 17% FIJADO COMO TECHO POR LAS METAS DEL BANCO CENTRAL.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la economía argentina se contraerá este año un 1,8 por ciento, y no un 1 por ciento como pronosticó en abril, debido a que la transición "está teniendo un costo mayor de lo previsto".
"Argentina ha iniciado una transición importante y muy necesaria hacia un marco de política económica más consistente y sostenible, que está teniendo un costo mayor de lo previsto en 2016, proyectándose un crecimiento de -1,8 por ciento", puntualizó el FMI sobre el país en su informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial dado a conocer en Washington.
Además, el Fondo previó que en 2017 el Producto Bruto Interno (PBI) repuntará 2,7 por ciento, por debajo de lo pronosticado por el régimen fascista de Mugrizio Macri, que en el Presupuesto contempló un crecimiento del 3,5 por ciento. "En 2017 se prevé que el crecimiento se afiance en 2,7 por ciento gracias a la moderación de la inflación y la adopción de una postura monetaria y fiscal más propicia", consideró el FMI.
El informe, que actualiza uno de abril pasado, evitó consignar la inflación prevista para este año debido a la moción de censura que rige sobre la estadística oficial en el rubro desde febrero de 2013. Sin embargo, destacó que los cambios que introdujo la actual administración en junio pasado en la materia "están en línea con los estándares internacionales".
En una conferencia de prensa con motivo de la presentación del Informe, funcionarios del Fondo precisaron que esperan para fines de año "una inflación de casi 40 por ciento y al final del 2017 habrá bajado a más o menos 20 por ciento".
"Proyectamos un declive muy pronunciado de la inflación", adelantaron. El reporte precisó que la inflación será de 23,2 por ciento en 2017, con un desempleo de 8,5 por ciento.
En tanto, para la economía mundial el organismo mantuvo sin cambios su previsión de crecimiento global de 3,1 por ciento. Sin embargo, el FMI recortó en 0,2 puntos porcentuales, a 1,6 por ciento, el crecimiento de las economías avanzadas, mientras que estima que las emergentes y en desarrollo tendrán una mejora de 0,1 punto porcentual a 4,2 por ciento.
Para Brasil, el principal socio comercial argentino, el Fondo mantuvo sus proyecciones de julio, de una contracción de 3,3 por ciento en 2016, pero previó un crecimiento de 0,5 por ciento en 2017.
El informe celebra veladamente la destitución de Dilma Rousseff al destacar que la caída del índice de confianza en Brasil "parece haber tocado fondo", gracias a "menores incertidumbres políticas". Rousseff fue reemplazada por su vicepresidente conservador Michel Temer, quien apura un programa de severos ajustes, concesiones y privatizaciones como fórmula para tratar de dinamizar la economía del país golpeada por la peor recesión en cerca de un siglo.
Respecto a China, destino de dos tercios de las exportaciones agroindustriales nacionales, el FMI pronosticó que el PBI crecerá 6,6 por ciento este año, pero esa cifra se reducirá a 6,2 por ciento en 2017 "si la economía no sigue recibiendo estímulo".
Según el Fondo, "la transición de China hacia una economía más basada en el consumo y los servicios sigue influyendo sobre otras economías de mercados emergentes, en especial los productores de materias primas", como la Argentina.
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