NOMBRÓ ASESORES POR 1,5 MILLÓN DE DÓLARES AL AÑO. SE ATORNILLÓ AL CARGO Y TRABA EL TRASPASO DEL PUERTO A LA CIUDAD.
El interventor de la Administración General de Puertos (AGP), Gonzalo Mórtola, quiere triplicarse el sueldo para cobrar alrededor de 270 mil pesos por mes.
Mórtola se define en su biografía como “emprendedor” y “en todo momento Jugador de Rugby” ya que es un ex rugbier del Colegio Cardenal Newman, el mismo al que fue Mugrizio Macri con el jefe político del interventor, José Torello, jefe de asesores de Casa Rosada.
Durante la gestión de Macri en la Ciudad, Mórtola estaba a cargo del programa de mejoras de la Villa 31 y trató de armar un equipo de rugbiers del asentamiento de Retiro para competir contra el Newman y los otros equipos de la URBA.
Luego de asumir la presidencia, Macri designó a Mórtola como subinterventor de la AGP, empresa del Estado que controla los terrenos portuarios fiscales no concesionados y que tiene a su cargo la terminal de contenedores del Puerto de Buenos Aires. Pero a fines de marzo, el rugbier se cargó al entonces interventor, Sergio Borrelli, y quedó al mando de los puertos.
Descalabro
Desde entonces, Mórtola designó a un equipo de diez asesores con choferes privados, smartphones y sueldos de 180 mil pesos. Un gasto de 1,2 millón de dólares por año en el “equipo”.
En cuanto a su sueldo, igual al de un subsecretario de Estado que va desde los 70 a 90 mil pesos en bruto de acuerdo a la antigüedad en la administración pública que demuestre el funcionario, Mórtola lo quiere triplicar para percibir alrededor de 270 mil pesos mensuales.
Así lo pidió en el memorándum número 54 que envió a la gerencia de Recursos Humanos de la AGP, con fecha de 21 de abril, en donde recordaba que el decreto que lo había designado interventor le asignaba una remuneración equivalente a un subsecretario de Estado.
En el memo, firmado por el gerente general Alejandro Ok, se afirma que “resulta necesario asignarle en virtud de las funciones que le son propias (…) el suplemento por responsabilidad ejecutiva correspondiente tomando para ello el coeficiente de 2,5 del salario básico a percibir”.
Además, mandó a su jefe de gabinete, Mariano Saúl -otro rugbier del Newman- a España a "estudiar" los puertos durante un mes y medio.
Cruces con la Ciudad
La gestión de Mórtola ya comenzó a tener cortocircuitos con un sector del PRO, puesto que el rugbier se atornilló al cargo y obstaculiza el traspaso del puerto a la ciudad de Buenos Aires, que el propio Macri reclamó en reiteradas ocasiones cuando era jefe de Gobierno porteño.
El puerto de Buenos Aires es el único que queda bajo la jurisdicción de la Nación y es la empresa más grande de la Ciudad, ya que tiene 25 mil empleados y opera el 80 por ciento de los contenedores del país.
El traspaso del puerto a la Ciudad fue un reclamo constante del macrismo puesto está previsto en la propia Constitución porteña, que en su artículo 8 establece que el puerto es dominio de la Ciudad. Ni siquiera está impedido por la ley 24.588, llamada Ley Cafiero, que limitaba el alcance de la autonomía de la Ciudad para garantizar los intereses del Estado Nacional en territorio porteño.
Por este motivo, Horacio Rodríguez Larrata retomó el reclamo de su predecesor y quiere que le traspasen el puerto, como él mismo admitió meses atrás.
Sin embargo, Mórtola resiste el traspaso junto a Torello, pese a la presión de otros de sus referentes en el PRO, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, que le pidió ayuda a Larrata para superar los obstáculos.
Para darle sustento político a esa resistencia, el rugbier se atribuye una llegada directa al cerebro de Macri. Así se los hizo saber a los empleados de la AGP, a quienes reunió para pasarles un video de una charla que dio en Brasil. Después de pasarles el video, Mórtola insistió: “lo vamos a mirar otra vez”.
“Acuérdense de estas palabras cuando hable el presidente el domingo”, les propuso el rugbier a sus empleados. La semana siguiente, luego de que Macri repitiera con exactitud las palabras de Mórtola, el interventor de la AGP volvió a reunir a sus empleados. “¿Entienden que Macri es Torello? Yo soy Torello y Macri dice lo que dice Torello”, se atribuyó.
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