EL MINISTRO DE ENERGÍA, JUAN JOSÉ ARANGUREN, ANTICIPÓ QUE “EN UNA SEMANA O DIEZ DÍAS” SE ANUNCIARÁN LA QUITA DE SUBSIDIOS Y LOS REAJUSTES EN LAS TARIFAS EN ELECTRICIDAD Y GAS, AUNQUE RECHAZÓ ADELANTAR DE CUÁNTO SERÁ EL AUMENTO. "SERÍA IMPRUDENTE O IRRESPONSABLE EMPEZAR A DAR UN NÚMERO SIN EXPLICARLO ADECUADAMENTE", JUSTIFICÓ EL EX PRESIDENTE DE SHELL.
"Tal vez dentro de una semana o diez días tengamos novedades para informar. Estamos trabajando para diseñar un programa que nos permita cumplir con los objetivos, que permita tener una tarifa social para aquellos que no están en condiciones de remunerar el costo de producir energía en Argentina y dentro de poco tiempo vamos a comunicarlo", anticipó Aranguren.
Asimismo, el funcionario admitió que "los cortes van a seguir. Nuestra obligación es informar los cortes, como estamos haciendo, y tratar de hacer que las empresas prestatarias del servicio mejoren el mantenimiento. En algunas pueden observarlo, a otras les falta", indicó.
En declaraciones a la radio oficialista Mitre, también afirmó que importar naftas para aprovechar la caída en los precios internacionales de los hidrocarburos “es imposible físicamente”.
“En diez de los últimos doce años ocurrió al revés; el precio internacional estaba arriba de 100 dólares el barril y acá era de 40 a 60 dólares”, lo cual permitió estabilizar el valor de los combustibles, recordó.
Aranguren advirtió luego que una eventual importación de naftas tendría un fuerte impacto en la fuerza de trabajo, que quedaría en la calle como ocurre hoy en Estados Unidos; mientras “las nueve provincias que producen petróleo y gas tendrían problemas financieros porque dependen de las regalías”.
“No tenemos facilidades logísticas para importar el equivalente a la producción local, por más que quisiéramos: no tenemos puertos, canales e acceso adecuadamente dragados ni facilidades de almacenaje”, agregó.
En cuanto al conflicto de Chubut, el ministro sostuvo que “no queremos que haya afectación en la actividad y en los puestos de trabajo”. La solución, consideró Aranguren, vendría “cediendo todos un poco, mejorando la productividad de la fuerza laboral, cobrando menos horas extra, mientras la provincia resigna algo de regalías y la Nación acerca algún tipo de subsidio directo para aguantar esta situación”.
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