El juez de la Corte Eugenio Zafaroni, que semanas atrás envió por carta a la presidenta su renuncia, se refirió de esta manera a la negativa de los partidos opositores de consensuar un postulante con el gobierno nacional.
El magistrado, que semanas atrás envió por carta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner su renuncia a la Corte por encontrarse próximo a cumplir los 75 años que la ley marca como límite para integrar el cuerpo, sostuvo además que “la criminalización de adolescentes como remedio a la violencia no hace más que potenciarla” y aseguró que “el populacherismo penal es una táctica política detestable”.
“Me parece una irresponsabilidad institucional no aceptar la discusión acerca de ningún candidato cuando la exigencia de la mayoría calificada claramente se puso en la Constitución para que haya una discusión seria y responsable y no una obstaculización”, dijo Zaffaroni frente a la necesidad de contar con los dos tercios del Senado para nombrar un nuevo miembro de la Corte y a la negativa de los partidos opositores de consensuar un postulante con el gobierno nacional.
Respecto de los puntos más debatidos en la reforma del Código Procesal Penal, el destacado penalista afirmó que “no hay ninguna sobrerrepresentación de extranjeros” en las tasas de delito en el país.
“Los delincuentes son argentinos, no nos confundamos”, añadió y también sostuvo que “la conmoción interna es un término abominable. Me recuerda el Plan Conintes, de poco feliz memoria".
"La repercusión social como obstáculo a la excarcelación no es más que la repercusión mediática. No veo que tenga nada que ver con la probabilidad de rebeldía o con la obstaculización de la investigación. La prisión preventiva debe ser la excepción y nunca la regla. Se quiera o no, es una pena sin condena. Su imposición o cesación no puede quedar en manos de la televisión”, subrayó.
Consultado sobre las propuestas que impulsan la baja en la edad de imputabilidad, Zaffaroni recalcó que “la criminalización de adolescentes como pretendido remedio a la violencia no hace más que potenciarla. Crea o condiciona prematuramente más clientes de la cárcel, los deteriora y provoca futuras carreras desviadas”.
“La propaganda de este remedio es una estafa, una forma más de explotar la credulidad del público, una suerte de forma de ejercicio ilegal de la medicina ofreciendo tratamientos infalibles”, puntualizó.
“El populacherismo penal es una táctica política detestable”, calificó y explicó que consiste en “montarse sobre los peores prejuicios discriminatorios existentes en una sociedad y profundizarlos para explotarlos políticamente, sea en busca de votos o de consenso en la práctica de aberraciones y descontrol del poder punitivo que, lamentablemente, si no es contenido a tiempo termina en una masacre”.
Respecto de cuáles serán sus actividades tras dejar el máximo tribunal a fin de año, Zaffaroni indicó que una de ellas será "volver a la docencia, en especial en las universidades del conurbano bonaerense, cuya realidad me entusiasma muchísimo".
"Hay que formar cuadros jurídicos que se incorporen a nuestras instituciones. El estudiantado de esas universidades representa una nueva clase social que se incorpora a los niveles terciarios. Esto es una maravilla, una nueva Reforma Universitaria. La de 1918 incorporó preferentemente a la clase media. Esta lo hace con las clases trabajadoras y más desfavorecidas de nuestra población. Es genial", concluyó.
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