La Presidenta viajó a Corrientes para depositar en el lugar la bandera que le entregó la esposa de Dardo Cabo y que flameó en Malvinas, como había prometido. "No he venido como presidenta, sino como peregrina", sostuvo.
La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, viajó a Corrientes para depositar en la Basílica de Itatí una de las banderas que flameó en las Malvinas en 1966 durante el Operativo Cóndor, al mando de Dardo Cabo.
La jefa de Estado cumplió así con la petición de la esposa de Cabo, María Cristina Verrier, de depositar una de las enseñas patrias en esa iglesia de la ciudad de Itatí, a 75 kilómetros de la capital provincial.
“No he venido como presidenta, sino como peregrina a cumplir una promesa que le hice a una mujer que hace 46 años, junto a su compañero Dardo Cabo y otros 18 peronistas decidieron hacer un acto de patriotismo y de reconocimiento nacional", relató la mandataria frente a la Basílica.
La Presidenta recordó brevemente cómo se llevó a cabo esa gesta patriótica y sostuvo que "fueron allá, a nuestras Malvinas, a plantar una insignia nacional como signo de soberanía y compromiso de una juventud, con la historia de su pueblo y de su patria".
"Hace poco meses vino a entregarme las 7 banderas. Una de ellas, la más polvorienta, la que más tierra de Malvinas tenía, la que más había flameado en el mástil antes de que la bajaran los usurpadores, ella me dijo: ‘Tiene que estar en el Sur, junto a tu compañero. Y allí está, junto a él”, relató.
Según rememoró, la esposa de Cabo fue quien le hizo prometer que la iba a traer a Corrientes consagrarla a la virgen de Itatí porque "ellos se habían encomendado a ella para que los proteja".
Al recordar ese 28 de septiembre de 1966, la jefa de Estado remarcó: "Hoy los jóvenes tienen la suerte de flamear la bandera en un país profundamente democrático", al tiempo que sostuvo que se siente "orgullosa de presidir este país".
Durante el acto, Cristina defendió su gestión y habló de la intervención oficial en protestas: "Prefiero que me critiquen antes de ser la responsable de regar la tierra argentina con la sangre de un compatriota", afirmó.
Por último, y como es habitual en sus últimos discursos, le pidió a los argentinos estar unidos: "El odio no llega a ninguna parte. Necesitamos mucho amor".
"Que la virgen derrame amor y bendiciones sobre los 40 millones de argentinos", concluyó la Presidenta durante el acto en el que también participó el gobernador de la provincia, Ricardo Colombi, como así también el intendente de la ciudad de Corrientes, Carlos “Camau” Espínola (PJ), jefes comunales de toda la provincia y legisladores nacionales y provinciales.
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