En una extensa entrevista entre Jorge Fontevecchia y Horacio Verbitsky, que publicara Perfil, el periodista de Página/12 se refirió -entre muchos temas- a Papel Prensa.
En esa entrevista, el columnista de Página/12 habla de las investigaciones que realiza la justicia a fin de determinar si en la supuesta apropiación ilegal de la empresa durante la dictadura militar, pudieron cometerse delitos de lesa humanidad.
Según indica el Perro, “eso lo va a decidir la Justicia. Yo opino lo que veo. A mí me parece que, por ejemplo, las grabaciones de las entrevistas que Graciela Mochkofsky le hizo al general Villareal, secretario general de la presidencia de Videla, donde dice que él directamente participó en la negociación de Clarín, de La Nazión y de La Razón, me parece que muestra un grado de participación en lo que ocurrió superior a lo que ellos admiten y a lo que se conocía hasta ese momento”.
“De que se beneficiaron, nunca hubo duda, afirma Verbitsky. "Que usaron eso en forma totalmente contraria al interés social, mirando únicamente a su interés particular y que eso implicó una línea de encubrimiento de los crímenes de la dictadura, de dar por buenos los comunicados oficiales que daban por enfrentamientos las masacres que se estaban produciendo; eso estuvo claro desde el primer momento”, agrega Verbitsky.
Además advierte que “ahora se están acumulando elementos que indican un grado de participación superior al que se desprende de la mera lectura de las páginas de esos medios. Y en ese caso, me parece legítimo que la Justicia investigue. Me resulta una garantía el juez, que fue elegido por sorteo, y Ercolini fue nombrado por concurso; no ha sido objetado por nadie, tiene un alto grado de reconocimiento por su calidad técnica, por su falta de compromiso político. Y además, está funcionando un sistema de derechos y garantías que protege de cualquier arbitrariedad”.
También sostiene “que estamos en una situación que no tiene precedentes en la Argentina. Por un lado, rige la más amplia garantía para el ejercicio de la libertad de expresión por parte de todos los ciudadanos, y se están limitando las capacidades punitivas del Estado para impedir el ejercicio de ese derecho fundamental. Y por otro lado, en el caso específico de Papel Prensa, existe todo un sistema de derechos y garantías que va a impedir cualquier arbitrariedad”.
Sobre la posibilidad de que se hallen delitos penales en la apropiación de Papel Prensa, vinculados con delitos de lesa humanidad, Verbitsky indica en la mencionada entrevista que “Me parece que nunca señalaron que los directivos de los diarios habían participado en la tortura, pero no es necesario que ellos estén en la sala de tortura. Lo que sí se recrimina es la participación en el delito como coautores. Videla tampoco ha estado en la sala de tortura y está condenado a prisión perpetua”.
Además señala que “Videla era la cabeza de un aparato organizado de poder vertical. Los accionistas privados de unas empresas no eran parte de ese aparato. Pudieron haber sido cómplices en un caso determinado que los beneficiaba. Eso es lo que tiene que investigar el juez Ercolini”.
Hemos avanzado mucho en los últimos 8 años. Pero en este país, todavía, es más fácil ir contra Videla que contra Magnetto. No perdemos las esperanzas de que algún día, no muy lejano, la Justicia argentina -uno de los pocos estamentos de la sociedad, sino el único, que no ha hecho un mea culpa por sus acciones del pasado-, se ponga a tono con el cambio de época.
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