sábado, 27 de agosto de 2011

Hacer puestas en escena no es hacer política

Por Gerardo Martínez.

El Grupo A se reunió con el juez electoral pero el resultado del encuentro fue tan pobre para los objetivos de Bullrich, Camaño; Ferrari y Pinedo que ni La Nazión arrima un poco de agua para el lado de los denunciantes.

El escuadrón blindado del Grupo A se reunió con el juez electoral de la PBA, Manuel Blanco. El resultado del encuentro fue tan pobre para los objetivos de Bullrich, Camaño; Ferrari y Pinedo que ni La Nazión, haciendo todo el esfuerzo posible logra una crónica que sostenga el título catástrofe y mal que mal arrime un poco de agua para el lado de los denunciantes.
 
Entre otras cosas porque en la nota se intenta sacar de contexto las declaraciones del juez, un viejo espadachín que está en ese lugar desde la reapertura democrática y se expresa siempre de manera circular como todo viejo maestro en estas lides. Blanco admite errores, pero es contundente en remarcar que afectaron a todas las fuerzas por igual al expresar que "los errores son muy grandes para todas las fuerzas políticas. No creo que sea un intento de fraude porque la metodología utilizada habría sido muy burda. Se puede ser pícaro, pero no animal".
 
De cualquier modo, los diputados opositores cumplieron con lo planeado: foto a la salida de la reunión y nota en los principales medios "independientes" del país. Así se consuma un gesto más de la runfla opositora, llamada a ir por el absurdo y reproduciendo su propio divorcio con buena parte de la sociedad como, por caso, cuando en días pasados plantearon que se cite a los presidentes de mesa intentando poner en esos ciudadanos parte de la responsabilidad en los 38 puntos que separan a Cristina Fernández de su perseguidor más inmediato.
 
¿Qué puede pasar con las familias de los miles de ciudadanos que cumplieron con la carga pública de ser Autoridad de Mesa? ¿Qué pueden pensar de fuerzas políticas que en lugar de revisar las causas de su papelón electoral la emprenden con estos fuegos de artificio?
 
Las principales fuerzas opositoras consuman así la profundización de su dislate y lo hacen porque han perdido la noción de lo que es "hacer política". Han comprado que los votos se consiguen en los medios y que los medios son los que le dan los votos pero lo han hecho con tanto fanatismo que ni siquiera el apabullante mensaje de las urnas los despierta.
 
La imagen de una presidenta inaugurando por día un promedio de tres obras y la oposición saliendo de la justicia electoral de La Plata es la foto que explica no sólo el 14 de agosto sino el muy probable tsunami electoral de octubre a favor del oficialismo. Es que así como las sociedades generan oposiciones cuando se lo proponen, también suelen ser extremadamente crueles para limpiar de un plumazo a las fuerzas que parecieran no cumplir el rol de contraparte que toda democracia requiere.
 
De ahí que muchos de los votos para el FPV, son sin duda una señal de aprobación del rumbo y la gestión de gobierno pero también una manifestación de fuerte castigo al dislate mediático-político opositor.
 
La mejor forma de resetear a la oposición es votar al kirchnerismo y todos lo ven menos los destinatarios del castigo.
 
Ayer, Nelson Castro comentaba que el jueves vio un acto de la presidenta y al decirlo como lo decía estaba comunicando que hace muchísimo tiempo que no ve un acto oficial, pero lo importante no es eso sino que llegó a decir que "si la oposición no analiza a fondo cómo se está moviendo la presidenta le va a ir muy mal".
 
A este punto del absurdo llegamos, a que uno de los principales ideólogos del colectivo opositor le tenga que decir al aire a sus políticos afines que paren la moto, que bajen un cambio y palpen la realidad porque así como van, van muy mal. Es que los medios no hacen el cara a cara, no suministran fiscales ni mucho menos militancia.
 
El creer que se puede hacer política desde los medios termina siendo una trampa mortal cuyos resultados están a la vista de todo el mundo. Esta metodología de leerlo a Morales Solá para luego desfilar por radios y canales de TV rindiendo examen les ha hecho creer a la mayoría de los opositores que es una nueva forma de hacer política cuando en realidad es una práctica marginal que sólo impacta en el mundillo que consume las secciones políticas de los diarios y mira la programación política de los canales de cable.
 
Las puestas en escena para los medios no son una forma de hacer política sino probablemente su negación, pero todo indica que hay dirigentes que siguen sin advertir estas evidencias que nos deparan los acontecimientos de la coyuntura.

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