SE TRATA DE GLADYS VITALE, TITULAR DEL JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA EN LO CIVIL Y COMERCIAL N°4 DE MORÓN QUIEN ADEMÁS, FALSIFICABA SU FIRMA EN LOS REGISTROS PARA VIAJAR AL EXTERIOR MIENTRAS DEBÍA ESTAR EN FUNCIONES.
Una jueza de Morón que aún continúa en funciones, será sometida a un jury de enjuiciamiento acusada de fraguar su presentismo para tomarse vacaciones, al igual que sucedió hace algunas semanas con una fiscal mendocina.
Se trata de Gladys Vitale, titular del juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial N°4 de Morón quien falsificó en distintas oportunidades su firma en los registros para viajar al exterior mientras debía estar en funciones.
El caso, trascendió luego de que en noviembre pasado renunciara la fiscal mendocina Anabel Matilde Orozco, quien pidió licencia por enfermedad y luego se fue de vacaciones a Brasil y publicó sus fotos en Facebook.
"En este caso, Gladys Vitale se hacía poner presente o firmaba oficios y sentencias en fechas que, está acreditado por Migraciones, estaba de vacaciones en Asia, en Tailandia, en Miami o Europa", aseguró Pablo Abramovich, secretario General de la Asociación Judicial Bonaerense.
Sin embargo, la causa que puso a la magistrada en la mira de la Justicia fue la denuncia de una mujer que trabajaba como empleada doméstica no registrada en casa de Vitale y que amenazó con iniciar acciones legales.
"Para evitarlo, la jueza le ofreció ingresar a trabajar como ordenanza en el Poder Judicial pero a condición de que, por la misma plata, algunos días continuara yendo a limpiar a su casa", describió Abramovich.
"Y cuando la señora no iba al juzgado, obligaba al resto de los empleados administrativos a limpiar. El caso explota cuando la mujer de ordenanza decide denunciarla porque no podía tolerar la presión y los malos tratos", agregó Vitale.
Fue a raíz de aquella acusación, que derivó en investigaciones complementarias, que se descubrió que Gladys Vitale se tomaba vacaciones a costa de falsificar su firma y presentismo. "Todo eso generó una causa penal por incumplimiento de deberes de funcionaria pública y peculado", explicó Abramovich.
En ese marco, una decena de trabajadores se atrevieron a denunciarla por ejercer violencia laboral: insultos, prohibición de ir al baño y violencia física.
Al respecto, María Inés Jiménez, también de la Asociación Judicial Bonaerense, advirtió que "dentro de la denuncia penal Vitale tiene mas de 60 hechos que se le imputan y tienen que ver con su trabajo diario y otros que nos involucran a nosotros como sindicato vinculado a las denuncias de la violencia ejercida a todos sus compañeros en la funciones diarias".
"El nivel de violencia que ejercía la jueza da cuenta de una conducta absolutamente patológica es necesario que el poder judicial de señal hacia el resto de los magistrados de que estas cosas no pueden ocurrir, por eso tiene que ser suspendida y se debe terminar de sustanciar el jurado de enjuiciamiento para que sea destituida", añadio Abramovich.
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