EL EX HIJASTRO DE FLAVIA PALMIERO DIJO QUE LOS OPOSITORES QUE FRENARON SU PROYECTO DE GANANCIAS SON "UNA PESADILLA". PIDIÓ TENER "MEMORIA", PERO NO RECORDÓ NI UNA PALABRA DE SU PROMESA DE ELIMINAR EL IMPUESTO. DESDE LA ALIANZA DE DERECHA CAMBIEMOS YA HABLAN DE UN POSIBLE VETO.
Mugrizio Macri acusó recibo de la derrota política que significó la aprobación en Diputados del proyecto de reforma de Ganancias de la oposición. "La irresponsabilidad que vimos ayer (por el martes) no es el camino", dijo en el acto de reinauguración del aeropuerto internacional de Mendoza y consideró una “pesadilla” la unidad que exhibió la oposición para frenar la iniciativa del oficialismo que no contemplaba la actualización del mínimo no imponible y llevaba que más trabajadores tuviesen que pagar el impuesto.
“Como si los argentinos no tuviésemos memoria”, afirmó Macri, quien no recordó ni una palabra de su promesa de campaña de eliminar Ganancias. En paralelo a la reacción de Macri, desde la alianza de derecha Cambiemos ya empezaron a plantear la posibilidad de que vete la ley en caso de que sea sancionada por la Cámara de Senadores.
La media sanción de Diputados al proyecto de Ganancias que consiguió consensuar la oposición fue una dura derrota política para Macri. Después de un año en el que consiguió que los bloques de Sergio Massa y Diego Bobossio acompañaran las principales iniciativas del Ejecutivo, el oficialismo tuvo dos fracasos resonantes en las últimas semanas: el de anoche y el rechazo opositor a la reforma política que impulsaba Macri en su afán por implementar la boleta electrónica para las elecciones del 2017.
Tras perder la votación en Diputados, la Casa Rosada apunta sus cañones a los gobernadores con la expectativa de que convenzan a sus senadores de no avalar el proyecto opositor. Si el Senado le da sanción definitiva al proyecto que la oposición impuso anteanoche, Macri se verá en el brete de vetar la ley o reacomodar sus cuentas para no pagar el costo político que implicaría un rechazo que a todas luces resultará antipático para los trabajadores, a quienes en campaña les prometió eliminar Ganancias.
“Esta mañana (por la mañana de ayer) escuchando radio cuando hacía gimnasia, antes de las 7, escuché que alguien decía que había tenido como una pesadilla”, arrancó Macri el tramo de su discurso en la reinauguración del aeropuerto mendocino en el que arremetió contra la unidad que la oposición exhibió el martes en Diputados.
El pelotudo hijo de puta remarcó que se juntaron “el jefe de Gabinete de Cristina, Sergio Massa; el ministro de Economía de Cristina, Axel Kicillof; el responsable de la ANSeS, Diego Bossio; el gobernador de Cristina, Felipe Solá (NdR: en realidad, Solá fue gobernador bonaerense durante la presidencia de Néstor, no de Cristina); y la ex ministra de Trabajo, Graciela Camaño; todos decidiendo cosas sobre el impuesto a las Ganancias del que no se ocuparon por más de una década”. Su remate fue que “como sí los argentinos no tuviésemos memoria, como si no recordáramos que hemos batallado un año durísimo, donde a mucha gente le costó y tuvo que poner el hombro, porque nos dejaron un país quebrado con deudas por todos lados".
La apelación de Macri a la memoria omitió el recuerdo de su promesa de campaña de eliminar Ganancias que sí se encargaron de poner sobre la mesa los opositores, quienes destacaron el beneficio que implica para los trabajadores la iniciativa que recibió media sanción de la Cámara baja.
El diputado Axel Kicillof recordó una vez más aquel compromiso de Macri y que un sector de la oposición también había prometido eliminar Ganancias. Dijo que por esa razón el Frente para la Victoria “es el bloque que más cómodo está" con el proyecto que consiguió media sanción.
"Lo del impuesto a las Ganancias es perfectamente coherente con lo que hicimos cuando éramos gobierno y con lo que dijimos en campaña. Dijimos siempre que Ganancias es un impuesto progresivo y el candidato nuestro (Daniel Scioli) dijo que había que cambiar las escalas del mínimo no imponible, cuando nos hubiera convenido decir que lo íbamos a sacar", explicó el ex ministro de Economía y agregó que "al final de nuestro gobierno había un millón de trabajadores pagando Ganancias, que era el 10 por ciento; cuando llega Macri, prometiendo que lo voten para sacar el impuesto, pasan a pagar 2 millones de personas".
Kicillof precisó que la diferencia entre el proyecto oficialista y el opositor “es menos que la plata que le perdonó el Gobierno a las empresas eléctricas", a la vez que reprochó que el Ejecutivo "le sacó retenciones al campo, a la minería, pero cuando hay que discutir el impuesto a las Ganancias dicen que hay problemas de caja".
"No le desequilibra la caja al Gobierno", añadió y cuestionó también a la administración macrista porque "hoy se perdonan impuestos a los sectores más ricos y concentrados y cuando llegan los trabajadores dicen 'la plata no alcanza, hay que sacar recursos de otro lado, de otra recaudaciones'".
Desde el Frente Rejuntador, el propio Sergio Massa valoró el proyecto consensuado por la oposición. "No podemos seguir viviendo en un país donde paga poco impuesto un sector de renta fácil, como el juego, y termina pagando mucho impuesto un trabajador o un director de escuela solamente por ser ascendido", subrayó.
El vende humo tigrense marcó el contraste entre lo aprobado anteanoche en Diputados y lo que prometió Macri en campaña y dijo que "hay que equilibrar la carga. Llegó el tiempo de que liberemos el esfuerzo a los trabajadores en relación de dependencia, a los jubilados, y a los sectores de clase media que hacen mucho esfuerzo todos los días por trabajar y son castigados a fin de mes por querer hacer una hora extra o un esfuerzo más en su relación de dependencia".
Como primera reacción tras la derrota, el oficialismo buscó meter cizaña entre los opositores -en particular buscó asociar a Massa con el kirchnerismo- y presentar la unidad de la oposición como una maniobra destinada a complicar la gestión de la alianza de derecha Cambiemos. “Nunca me imaginé que Kicillof iba a ser el vocero de Massa”, planteó en ese tono el diputado Eduardo Amadeo y agregó que un "gran sector del peronismo que se ha juntado para que este gobierno fracase definitivamente. Por eso voltearon la reforma política e hicieron ayer lo que hicieron”.
Su compañero de bloque macrifascista, Daniel Lipovetzky, se manifestó en el mismo sentido y no descartó el veto presidencial en caso de que el proyecto reciba sanción definitiva en la Cámara alta. “Si pasa al Senado, es una posibilidad que el presidente Macri pueda llegar a vetar alguna parte", adelantó.
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