MARCELO CRIVELLA, UN CONTROVERTIDO PASTOR EVANGÉLICO QUE EN SU MOMENTO DEMONIZÓ A CATÓLICOS Y HOMOSEXUALES, FUE ELEGIDO AYER ALCALDE DE RIO DE JANEIRO, SEGÚN UN SONDEO A PIE DE URNA DE LA SEGUNDA VUELTA DE LOS COMICIOS MUNICIPALES EN BRASIL.
Crivella, del partido de derecha PRB (Partido Republicano de Brasil) y pastor de la Iglesia Universal del Reino de Dios, obtuvo un 57% de los votos, frente a un 43% para Marcelo Freixo, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), de acuerdo con un sondeo de Ibope.
Ingeniero de formación, fue taxista, militar, misionero y, más recientemente, cantante de gospel y político. Pero hay una cara que el futuro alcalde evangélico de Rio de Janeiro ha tratado de ocultar, la de su pasado como integrista religioso. también trató de relativizar su paso por el gobierno de izquierda de Dilma Rousseff, como ministro de Pesca.
El senador conservador de 59 años, que este domingo ganó la alcaldía de Rio de Janeiro, se presentó en la campaña como un pastor moderado y tolerante, que incluso vería con buenos ojos la unión civil entre homosexuales.
Pero no pensaba lo mismo hace unos años. En su libro "Evangelizando África" (1999), que desapareció misteriosamente de las librerías brasileñas, el obispo licenciado de la poderosa Iglesia Universal del Reino de Dios (neopentecostal) dejó constancia de otro tipo de valoraciones durante sus 10 años como misionero en África en los 90.
En ese texto olvidado, que el periódico O Globo sacó a la luz a mediados de octubre, Crivella describía el catolicismo como una "doctrina demoníaca", criticaba los "espíritus inmundos" de las religiones africanas o afirmaba que los gays padecían un "mal terrible".
La publicación causó un gran revuelo en el país con más católicos del mundo y con la mitad de la población afrodescendiente, que observó estupefacto cómo el político de apariencia impecable y actitud medida y sosegada encabezaba, con camisa clerical, ritos de exorcismo a africanos.
Esas reflexiones "fueron equivocadas y extremistas, hechas por un joven misionero, cuyo fervor inmaduro llevó a cometer ese lamentable error", se disculpó Crivella, que en esa época tenía 42 años.
Nacido en Rio de Janeiro en 1957, Crivella estudió ingeniería y está casado hace 36 años con Sylvia Jane. Tiene tres hijos y dos nietos. El futuro alcalde carioca también es sobrino de Edir Macedo, el polémico fundador de la Iglesia Universal y dueño de la segunda mayor televisión de Brasil, Record, que fue acusado en 2011 de lavar millones de dólares obtenidos de fieles a cambio de falsas promesas de ayuda espiritual.
Por defender un terreno ocupado de la iglesia que vertebró su vida, Crivella fue arrestado por la policía en 1990 en un episodio confuso en el que supuestamente amenazó con armas a los ocupantes, aunque el político lo negó.
Senador desde 2003 e integrante de la llamada bancada evangélica por el pequeño PRB (derecha), Crivella llegó a poner en duda la teoría de la evolución desde su asiento en la cámara alta de Brasilia, donde es considerado un hábil negociador.
Crivella trató también de desmarcarse del tiempo, ya más reciente, en que fue ministro de Pesca (2012-2014) de la depuesta Dilma Rousseff, para no ser relacionado con el escándalo de corrupción que ha involucrado a miembros de los gobiernos del PT (izquierda).
Aunque buena parte de su carrera política se desarrolló en Brasilia, los cariocas conocían bien al ambicioso obispo, que ya había tratado otras dos veces de ganar la alcaldía.
El creciente poder de la iglesia evangélica en Brasil ayudó al ascenso del senador que hace un tiempo no tenía empacho en decir que hacía falta un presidente que trabajara para los evangélicos y la Iglesia Universal.
Crivella "simboliza la influencia y la inserción de la religión en la política", dijo el profesor Ivar Hartmann, de la Fundación Getulio Vargas en Rio de Janeiro.
Vestido casi siempre de camisa y traje y con un pelo perfectamente aliñado, Crivella cuida mucho de su imagen. De hecho, su esposa confesó recientemente que el nuevo alcalde de Rio se aplicó botox para disimular sus patas de gallo.
Pregonando nuevos tiempos para la ciudad de la samba y reina del carnaval, Crivella ha prometido cuidar de todos sus futuros administrados.
Pero una de las canciones más conocidas de los 14 discos gospel del pastor defiende a ultranza a la Iglesia Universal y dice "ese perfume de amor esparcido por el aire, el perfume Universal que nunca va a acabar".
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