El organismo internacional de crédito se refirió al fallo del juez Thomas Griesa que favorece a los fondos buitre y consideró que "hará al proceso de reestructuración de deuda más complicado".
El Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró ayer que la decisión de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, de no intervenir en el caso entre Argentina y los fondos buitre, "dará probablemente a los acreedores mayor ventaja y hará al proceso de reestructuración de deuda más complicado".
Para llegar a esta conclusión difundida en el documento "Marco de financiamiento del Fondo y deuda soberana -consideraciones preliminares-", y reiterando lo planteado en el primer documento elaborado en mayo de 2013 sobre reestructuración de deuda, el FMI se basó en dos razones específicas.
Por un lado, sostuvo que "al permitir a los holdouts interrumpir el flujo de pagos a los acreedores que participaron de las reestructuraciones, las decisiones desalentarán probablemente a los acreedores, de participar en una reestructuración voluntaria".
Por otro lado, señala que "al ofrecer a los holdouts un mecanismo para extraer la recuperación fuera de un canje de deuda voluntario, las decisiones incrementarían los riesgos de que los holdouts se multipliquen y los acreedores, quienes de otra manera están inclinados a acordar una reestructuración, podrían ser menos propensos a hacerlo debido a las preocupaciones de equidad entre acreedores".
En el apartado especialmente dedicado a resolver "los problemas de las acciones colectivas", el Fondo planteó entre sus puntos que "una de las limitaciones importantes" de dichas acciones y, el "consentimiento de salida, es que por lo general sólo obligan a los titulares de la misma emisión".
Así, el "riesgo" que surge por la limitación de que sea "posible" para los holdouts "neutralizar la operación de tales cláusulas al obtener una posición de bloqueo" de una emisión, "aumentó, como resultado del litigio que involucra a Argentina".
"En esencia las cortes de Estados Unidos interpretaron un 'texto estándar' de estos contratos (cláusula pari passu) al obligar al deudor soberano a hacer el pago completo en un reclamo en default, si hace cualquier pago sobre los bonos reestructurados", analizó el escrito.
El párrafo siguiente del documento con fecha 22 de mayo (previo a la decisión de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos de no hacer lugar al pedido de revisión de Argentina), partió de la "presunción" de que el fallo quede firme, y en ese sentido, informar que "han habido discusiones en curso para modificar los contratos de bonos soberanos de forma que limitaría el impacto" de tales decisiones.
En este aspecto, "hay un creciente consenso de que la provisión de pari passu debería ser modificada para evitar el tipo de interpretación que fue alcanzada por las cortes de Estados Unidos", explicó el documento.
A su vez, son mantenidas otras discusiones sobre la "viabilidad y conveniencia de diseñar cláusulas que incluirían una forma de cláusula de 'agregación' que es más robusta desde una perspectiva de acción colectiva que aquellas actualmente existentes".
Si bien, el reconocimiento de los beneficios de la agregación data de antes del litigio de Argentina, "aún si estas provisiones modificadas se introdujeran en nuevos bonos, tomaría cerca de 10 años para que estas acciones sean reemplazadas", advierte el reporte que tendrá su parte complementaria para abordar los problemas de las cláusulas colectivas a finales de este año.
Por último, el documento mencionó que con la orden firme de los tribunales norteamericanos en el caso contra los holdouts, "será necesaria una revisión más amplia de las implicaciones de estas decisiones en el proceso de reestructuración en el corto a mediano plazo".
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