La mujer le había enviado una carta y el Sumo Pontífice se comunicó con ella para decirle que puede tomar la comunión. "Le dijo que comulgue tranquilamente porque no está haciendo nada mal y que es un tema que se está discutiendo en el Vaticano", contó su marido.
En septiembre pasado, una santafesina divorciada le envió una carta al Papa expresándole su preocupación. Finalmente, el teléfono sonó: era Francisco para decirle que puede tomar la comunión.
"Hoy me pasó una de las cosas más lindas después del nacimiento de mis hijas: tuve la llamada en mi casa de nada más y nada menos que del papa Francisco", escribió en su cuenta de Facebook Julio Sabetta, vecino de la localidad santafesina de San Lorenzo. "Les puedo asegurar que cuando te habla tiene una paz total. Gracias Dios por esta bendición", agregó.
"La mamá de un amigo la incentivó para que le escriba porque mi mujer se divorció antes de casarse conmigo por civil, y no podía comulgar. Quería saber cómo hacer, porque sentía que le faltaba a la Iglesia si tomaba la comunión", recordó.
"Ayer (por el lunes) sonó el teléfono. Se presentó como el padre Bergoglio, dijo que estaba conmovido por la situación y le pasé con mi mujer. Habló unos diez minutos. Le dijo que es un tema que está tocando en el Vaticano, porque el divorciado que comulga no está haciendo nada malo", relató.
"Estamos muy emocionados. Todavía no caímos. Teníamos la esperanza de que nos llame, por cada cosa y cada gesto que salió de él, que nos conmocionó muchísimo, pero había pasado mucho tiempo. Eso sí: nos pidió perdón por no respondernos antes", concluyó Sabetta, que junto a su esposa lleva adelante "un local en casa de productos de repostería".
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