El "Capitán Beto" o "CubeBug-1", el primer nanosatélite desarrollado y fabricado en Argentina, fue lanzado y orbita de acuerdo a lo previsto, como fue destacado por los jóvenes desarrolladores de su fabricación en Bariloche, desde donde lo comandan.
Se trata de un satélite de observación de apenas dos kilos y 20 centímetros de altura por diez centímetros de lado, fabricado en Bariloche por la empresa Satellogic, incubada por Invap en el marco de un respaldo nacional a emprendimientos innovadores.
La misión, financiada íntegramente por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, que invirtió 6 millones de pesos en el proyecto, despegó esta madrugada de China y a las 9,40 (hora argentina) pasó sobre el cielo barilochense a 650 kimómetros de altura y a 27.000 kilómetros por hora.
El lanzamiento desde China fue seguido paso a paso desde el Radio Club Bariloche, en un cuarto de dos por dos metros, en donde radioperadores, científicos y técnicos se apretaron para comandar la misión desde notebooks, módems, transmisores, y otros equipos, entre los que obviamente no faltaron celulares.
El líder de la misión, Emiliano Kargieman, su colega Gerardo Richarte y Eduardo Ibáñez, ingeniero de Invap, empresa que los asiste como "incubadora" del proyecto, encabezaron las operaciones y siguieron con atención los reportes de distintos puntos del mundo que registraban el paso del satélite.
Series de números, gráficos de frecuencia y un sonido como el de las viejas conexiones "dial up" a internet, son las señas de vida del "Capitán Beto", debidamente decodificadas por sus operadores, que en la medida que pueden las traducen en posteos en Twitter (@cubebug1) o en la página de la misión http://1.cubebug.org/
Adoradores del rock nacional, bautizaron al satélite en homenaje al "Flaco" Spinetta y su legendaria canción, artista que falleció a principios del año pasado, cuando estaban en pleno desarrollo de la iniciativa.
Kargieman indicó a Télam que la idea de desarrollar y fabricar nanosatélites busca "democratizar el espacio", hasta ahora reservado primordialmente a gobiernos y economías fuertes que pueden costear esta industria con miles de millones de dólares.
"Uno de estos nanosatélites cuesta menos de 50.000 dólares, y está al alcance de mucha gente, de universidades, pymes, o personas que quieran tenerlo para aprovechar su potencial", afirmó.
Este satélite lleva tres equipos de estudio del propio aparato: una rueda de inercia (para controlar su actuación en el espacio), un startracker (saca fotos para establecer su posición) y una computadora para vigilar su navegación. Cada 15 o 30 segundos envía un paquete de datos, llamado baliza o beacon en inglés.
También tienen casi listo el próximo nanosatélite, que en virtud de su aprecio por la argentinidad y sus íconos se llama "Manolito", en homenaje a Quino, Mafalda y los demás personajes de la historieta, y su lanzamiento está previsto para hacerse desde Rusia en julio próximo.
Kargieman y sus compañeros se definen como "fabricantes de satélites", en desmedro de cualquier otro oficio y profesión.
Estudiaron Matemáticas en la UBA y a mediados de los 90 -tenían 19 años- participaron junto a otros jóvenes emprendedores tecnológicos de la creación de la empresa argentina Cure Securities.
Eran fabricantes de software de seguridad para sistemas, que en poco tiempo superó fronteras y se convirtió en proveedor internacional de la especialidad.
La empresa tiene hoy 200 empleados y continúa su exitosa carrera, y hace algún tiempo Kargieman la dejó para ir a Estados Unidos, trabajar en la base de la NASA estadounidense de Aims, en California, donde le dio forma a la idea de fabricar nanosatélites.
Volvió al país en 2010 se contactó con su amigo Richarte -también procedente de Cure Securities-, y junto a otros jóvenes se radicaron en Bariloche para presentar la iniciativa en Invap.
Tulio Calderón, gerente de Proyectos Aeroespaciales y Gobierno de Invap, dijo a Télam que se interesaron en el acto por la iniciativa y decidieron apoyarlos.
Así Invap se convirtió en la incubadora de Satellogic, le cede laboratorios y oficinas, aporta algún financiamiento y lo más importante, la ayuda de ingenieros especializados en la fabricación de satélites de primera línea internacional.
Satellogic comenzó a trabajar en 2011 y en pocos meses desarrolló varios prototipos de nanosatélites, entre los que se cuentan "Capitán Beto" y "Manolito", y tienen otros en carpeta.
Sus desarrolladores explicaron que buscan abastecer la demanda futura de estos equipos, y abrir los dos primeros a la operación para radioaficionados, investigadores y entidades de todo el mundo que quieran aprovecharlo.
Esta experiencia en el país tiene un "hermano" generacional de Ecuador, "Pegaso" (nombre real NEE-01), que fue lanzado hoy junto a "Capitán Beto", también con éxito, y comenzó su órbita irradiando a todo el mundo el himno de ese país.
Lamentablemente, no todos celebran la puesta en órbita del nanosatélite argentino. La diputada de la Coalición Cínica, Elisa Carrió, denunció ayer que, en realidad, el satélite es utilizado para que Lázaro Báez y Cristóbal López saquen el dinero del país.
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