Un ex delegado provincial de la obra social del gremio de peones rurales detalló, con documentación respaldatoria, las maniobras que realizaba la conducción liderada por el "Momo" Venegas para inflar el padrón de afiliados y recaudar fondos que luego distribuía entre los directores de la entidad.
Gerónimo “Momo” Venegas montó a través del gremio de los peones rurales Uatre y el ex registro que estaba bajo su conducción, el Renatre, una maquinaria aceitada para inflar la cantidad de peones rurales “blanqueados y afiliados”, y para recaudar fondos de los trabajadores y empresarios para distribuirlos luego entre directores gremiales de la entidad, a veces bajo la apariencia de cursos de capacitación fantasma que implicaban una fuerte erogación de recursos.
Esta conclusión forma parte de la denuncia realizada por un ex delegado provincial de la obra social de Venegas. La obra social del gremio, Osprera, también formó parte de este esquema.
El "Momo" no estaba sólo en esa tarea. Según la denuncia, la ingeniería de las maniobras tuvo también como protagonistas a Oscar Ceriotti, coordinador nacional de Uatre; Carolina Llanos, la mujer de Ceriotti y secretaria de Oportunidad y Género; Viernes Antonio Muñoz, tesorero del gremio y Mauricio Pascuali, gerente de prestaciones de la Obra Social, entre otros.
Esas irregularidades sistemáticas fueron detectadas en la provincia de La Pampa y Santiago del Estero, lo que no implica que en el resto de las sedes del país no se hayan replicado.
Carlos Isequilla, ex delegado provincial en La Pampa, entre 2002 y 2008, explicó en detalle, acompañado de documentación, el esquema de manejo de fondos y maniobras sospechosas de la gestión Venegas en la entidad. Isequilla, junto a su mujer Liliana, quien tenía a su cargo la boca de expendio de la obra social en General Pico, fueron despedidos luego de hacer públicas denuncias sobre el manejo turbio de la entidad, además de haber realizado alertas por contaminación de agroquímicos, que no fueron atendidas por las autoridades nacionales del gremio.
“Empezamos con 15 mil trabajadores registrados, hoy tenemos 860 mil trabajadores registrados en el Renatre... Yo hoy estoy representando más de 1.000 millones de trabajadores agrícolas de todo el mundo. Y acá me quieren destruir el gremio, me confiscaron el Renatre y soy un perseguido político, es una vergüenza”. La declaración corresponde a Gerónimo “Momo” Venegas y fue realizada la última semana en un programa de radio.
La entrega de libretas forma parte del principal argumento de los ruralistas para defender al ex Renatre, a pesar de que los datos oficiales, relevados por la AFIP y el Ministerio de Trabajo, indican que más del 65 por ciento de los trabajadores rurales se encuentran en la informalidad.
Un caso de cómo se inflaba el registro de trabajadores, tanto en el ex Renatre como en la Uatre, se describe en la actuación en La Pampa. “Todos tenían libretas. Por ejemplo, en esta provincia hay 30 personas que trabajaban en el gremio y la obra social, que no son trabajadores rurales, que están en una oficina y tienen libreta de trabajador rural. Es más, un día nos enteramos de que habían venido a hacer afiliaciones a cualquiera en la plaza Ascasubi”, relató Carlos Isequilla.
En un informe interno del Renatre, elaborado por el Consejo Asesor de la Uatre, fechado en noviembre de 2007, se especificó que en La Pampa había 8.559 inscriptos dentro de la delegación que manejaba Isequilla. “Nunca tuve esa cantidad de trabajadores, a lo sumo habré alcanzado 3.000”, indicó.
En un artículo publicado en La Gaceta de Tucumán, el pasado 14 de noviembre, el actual director provincial de Uatre La Pampa, Carlos Gil, dijo que en total tenía registrados 5.000 trabajadores. “Ya sean 3.000 o 5.000, si en 2007 decían que había 8.559 libretas entregadas en la provincia, evidentemente había más libretas que trabajadores”, reflexionó Isequilla.
Tanto él como su mujer recibieron la libreta del peón rural, sin serlo. Los documentos están registrados bajo los Nº 01-093440 y 01-523632.
Para que el Renatre pudiera entregarles esa documentación, debieron inscribirlos bajo un empleador falso. Según consta en una planilla que se desprende del sistema interno del registro, que era manejado por la Uatre, Carlos aparecía como trabajador de la empresa La Plata Cereal, de la ciudad de Quequén, mientras que su mujer aparecía inscripta en El Bobadal, una ciudad de Santiago del Estero de 1.300 habitantes. Pero no figuraba ningún empleador.
La aparición del dato de El Bobadal no es una casualidad. De esa localidad es oriunda Carolina Llanos, la mujer del coordinador nacional de Uatre. “Un día me di cuenta de que tenía 100 trabajadores ‘pirateados’ de La Pampa hacia Santiago del Estero, en El Bobadal", apuntó el ex director provincial del gremio.
De acuerdo al viejo Estatuto del Peón Rural, “los gastos administrativos de las seccionales se atenderán con el 40 por ciento de la recaudación de las cuotas societarias que deberá reintegrarles el Secretariado en forma bimestral”.
Según la maniobra descripta por Isequilla, se derivaban recursos que correspondían a su provincia hacia El Bobadal. Pero el dato más llamativo surge de la propia planilla interna, que dice que en El Bobadal no aparece ningún empleador fijo y había 57.933 afiliados, en una localidad de 1.300 habitantes. Esa sucursal fue inaugurada en mayo de 2007 por Oscar Ceriotti y Carolina Llanos.
¿Qué pasa "Momo"? ¿Empezaron a salir los muertos del placard?
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