En la industria del calzado, desde 2009, año en que se aplicaron las primeras medidas antidumping para importaciones chinas, las cosas mejoraron. Antes de eso, llegaban de China entre 5 y 6 millones de pares denominados “basura” en el sector, por el valor de ingreso.
Ese producto llegaba al país con un precio de U$S 1,20, y con el control al dumping se obligó a que los ingresos fueran a partir de un valor de U$S 13,38 más impuestos. Así, se pasó de importar en 2010 21,5 millones de pares (de China y Brasil), hasta los 18,5 millones de este año. Actualmente, el mercado local produce 115 millones de pares y llega a los 130 con los importados.
“Estamos exportando a China botas de polo, zapatos de tango y zapatillas”, explicó Alberto Sellaro, titular de la Cámara del Calzado.
Las zapatillas que se exportan son de la marca Pony, propiedad del vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Alberto Gotelli, que se venden como pan caliente en Asia por sus colores llamativos. Esas ventas al exterior se hacen desde 2010.
En el caso de los juguetes, la proporción actual es de un 40% nacional y un 60% importado. “Estamos igual que en los años anteriores, pero trabajamos ampliando el mercado interno”, señaló Miguel Faraoni, de la Cámara Argentina del Juguete y agregó que “en 2002 teníamos un 10% de participación, este año culminaremos con un 40% y pretendemos llegar al 50% en 2012”.
El empresario aclaró que, de todas maneras, “a nosotros, los ingresos de China no nos favorecen, pero tampoco significan un ahogo para que sigamos creciendo”.
Como diría la filósofa argentina contemporánea Yolanda Sganga, "este país se va al carajo".
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