En una entrevista, la ensayista Bety "la fea" Sarlo lanzó que "después del episodio de 6-7-8" está segura: "los servicios de inteligencia montoneros me rastrearon de arriba abajo".
En una entrevista con la revista Otra parte, Bety "la fea" Sarlo deslizó otra vez una teoría mas que polémica. Dijo estar segura que "después del episodio de 6-7-8, los servicios de inteligencia del Estado y los servicios de inteligencia montoneros me rastrearon de arriba abajo".
"La cuestión de la historia y de la memoria se ha convertido prácticamente en un caso policial; se le tiran expedientes sobre la mesa a todo el mundo. Es un juego que tiene que ver con un trámite casi policial de la idea de memoria e historia. Te voy a poner un ejemplo personal: después del episodio de 6-7-8 estoy segura de que los servicios de inteligencia del Estado y los servicios de inteligencia montoneros me rastrearon de arriba abajo. Sólo pudieron encontrar que había sido miembro del PCR y que defendí la línea de ese partido, en 1976, en un editorial de la revista Los Libros. Algo que sabía todo el mundo. Ahora, esto fue rastreado porque hay una política que congela el pasado en un expediente. Una consecuencia que yo creo que nadie deseó de la política de no olvidar el pasado y de la política de historia y memoria: hacer una política de carpeta", señaló Sarlo.
El periodista que la entrevistó le dijo entonces que "hay algo que me produce una profunda incomodidad en lo que decís. La idea de un gobierno montonero..."; a lo que la ensayista respondió que "Nunca hablé de un gobierno montonero. No salió de mi boca ni de mi computadora esa frase. Ni acabo de pronunciarla. Dije servicio de inteligencia montonero: gente que viene de los sesenta y setenta y que tiene mucha información reunida a lo largo de años (como yo misma tengo información sobre la izquierda).
"No, ya sé, pero servicio de inteligencia montonero es muy fuerte como frase", replicó el periodista y Bety "la fea" contraatacó con un "Más bien pensalo a la inversa. Muchos aspiran hoy a un título que no tuvieron. Me parece que no hay que regalar medallas por haber militado en una estrategia política equivocada. Por lo menos no tan rápidamente. Sin duda Kunkel esa medalla la lleva, lo mismo que el Canca Gullo, pero hay una cola de gente que fue periferia y no merece esos mismos honores. Todos los que militamos en ese período sabemos que una cosa era ser miembro del partido y someterse a la disciplina, y otra ser amigo de ese partido o simpatizante, eventualmente prestar la casa (mucha de esa gente murió por eso), y otra era ser periferia universitaria. No quiero regalar medalla de combatiente a quien no lo fue".
Beatriz Sarlo no habla con este diario. Es una pena. Nos gustaría poder hacerle una entrevista para preguntarle por qué no se va a cagar.
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